ARIZMENDIARRIETA, PRECURSOR DE LA RESPONSABILIDAD SOCIAL DE LA EMPRESA


Hoy hace 35 años falleció Arizmendiarrieta. La experiencia cooperativa creada con su filosofía social ha tenido un desarrollo formidable. Inédito en el mundo.

En los últimos 10 años la Responsabilidad Social de la Empresa (RSE) se ha convertido en una referencia común. Representa una profunda transformación de la cultura empresarial, pues hace de la ética el carácter y la esencia de la empresa, no su apéndice o envoltorio. La empresa tiene una suerte de contrato moral con la sociedad, siendo éste la fuente de su legitimidad y poder. Crea valor, pero valor para todos, para el trabajador, el consumidor, el accionista, el gestor, el proveedor, el ciudadano, la sociedad, el medio ambiente. Debe maximizar el valor compartido pues es condición de su éxito.

Cuando José María Arizmendiarrieta alumbró este gran grupo empresarial que hoy es Mondragón Corporación Cooperativa, años 50 y 60, aún no se había acuñado el concepto Responsabilidad Social de la Empresa. Sin embargo comparten la perspectiva: él concibió la empresa cooperativa desde la primacía de su dimensión ética y social. Sostenía que la empresa está al servicio de la promoción de bienes y servicios para la satisfacción de las necesidades humanas, pero como expresión de la «originaria comunidad humana y su exigencia de solidaridad». La actividad económica debe ser instrumento de transformación social; la empresa debe construir «un nuevo tipo de comunidad humana y social» fundada en la dignidad humana, la participación y la exigencia de justicia social. De forma precursora a la RSE, el padre Arizmendiarrieta va a insistir en que la gestión de una empresa se mide por los resultados pero «han de ser no sólo los económicos, sino también los sociales y humanos».

Para este gran emprendedor ni la ética ni la sociedad aparecen como una cuestión externa o posterior a la empresa. Constituyen su ADN. Una idea meramente instrumental de la RSE como herramienta para manejar los riesgos en los ámbitos ambiental, social o del buen gobierno se encuentra en las antípodas de su visión originaria.

Hay prácticas decepcionantes de la RSE que la reducen a una Acción Social a la que se destinan algunos beneficios. Pero creo que la pregunta certera de la RSE no es qué hacemos con los beneficios sino cómo generamos los beneficios. ¿Es congruente con la RSE que el presidente de Telefónica obtenga unos ingresos 1.000 veces superior al salario medio de la plantilla mundial de la filial Atento? ¿Obedece a la filosofía de la RSE que el 80% de las corporaciones del Ibex 35 operen en paraísos fiscales?

Arizmendiarrieta, desde los primeros pasos postula el deber de la cooperativa de crear lo que llamó el Fondo de Obras Sociales para hacer real la igualdad de oportunidades en cultura y salud con «la promoción de las correspondientes instituciones culturales y asistenciales». No obstante la experiencia empresarial de Mondragón ofrece una contribución singular, más radical e interior, a la reflexión y a la práctica de la Responsabilidad Social. Destacaría el principio de la primacía de la persona y del factor trabajo; que lleva introducir o a subrayar en la idea de RSE cuestiones esenciales como la subordinación del capital a las finalidades productivas, la equidad de salarios y la corresponsabilidad del trabajador en la empresa. También introduce en la RSE la importancia de la educación para la empresa. La empresa cooperativa no es viable sin la formación de los trabajadores en los valores de la cooperación y en su cada vez más exigente capacitación técnica. Lo tuvo claro Arizmendiarrieta. La implicación en la educación es un tema capital de la inversión social de la empresa. Asimismo introduce la creación de un sistema de asistencia, previsión y seguridad social del trabajador cooperativo que se proyecta como servicio para todo el entorno social.

Por otra parte, creo que la investigación en RSE también tiene capacidad para introducir innovaciones en la concepción originaria de MCC. Si algo caracterizó al sacerdote vasco fue la atención a los cambios sociales y a la necesidad de una innovación constante: el signo de la vitalidad no es durar sino renacer. Siempre huyó de los dogmatismos ideológicos, apelando a la necesidad de la Experiencia. Era consciente de que esta rigidez había conducido al fracaso multitud de experiencias cooperativas anteriores. Porter y Kramer (2011) incluyen en lo que llaman la cadena de valor de una compañía una diversidad de factores como son el uso de la energía y logística; del agua y materiales de embalaje; el apoyo a la red de proveedores; las prácticas de distribución; productividad laboral; seguridad, salud y bienestar laboral; localización de la empresa y comunidad, etc. Hay experiencias interesantes de RSE que pueden resultar muy estimulantes para MCC. Hay compañías que están incorporando también la valoración positiva de los deberes fiscales.

Estamos sumidos en una profunda crisis económica que necesita no menos sino más RSE. Hoy hace 35 años falleció Arizmendiarrieta. La experiencia cooperativa creada con su filosofía social ha tenido un desarrollo formidable. Inédito en el mundo. La cultura responsable de la empresa, su conexión con la sociedad, su servicio al empleo y la búsqueda del beneficio con objetivos de reinversión en más empleo y en más servicios están en el origen y la esencia del sueño cooperativo. Todo un ejemplo de verdadera RSE. Frente a tanta propaganda envuelta en Acciones sociales más dirigida al marketing que a la sociedad misma, esta experiencia cooperativa expresa en su íntegra dimensión la concepción social responsable y sostenible de las empresas.<

Ramón Jáuregui, Ministro en funciones de la Presidencia

FUENTE: DIARIO VASCO 29 NOVIEMBRE de 2011

EL BOSQUE VUELVE A ESTAR ANIMADO



Una asociación busca a los herederos de los montes comunales españoles desamortizados en el siglo XIX


Esta historia atraviesa más de un siglo y de punta a punta el mapa español: de Zaragoza a Cáceres, de Asturias a Soria, saltando por sus montes comunales. El tendido del ferrocarril y las guerras carlistas habían dejado las arcas nacionales tiritando... Ahogado por las deudas, el Estado decide, a finales del XIX, sacar a subasta pública las tierras que estaban en manos muertas, las de la Iglesia, los militares, las universidades. Y también las de los Ayuntamientos, de cuyos pastos, leña y caza vivían pueblos enteros.


Así comenzó esta historia. La Asociación Forestal de Soria quiere hoy devolver la vida a aquel patrimonio natural que perteneció a los vecinos. En algunos pueblos ya tienen planes avanzados o actividades en marcha para desbrozar montes, levantar las paredes de piedra caídas, organizar la entrada del ganado, vender acebo de forma controlada, restaurar casas, sembrar patatas, celebrar jornadas gastronómicas, recuperar acequias, salvar robles centenarios... Pero ¿quién puede hacer todo eso? Los propietarios. ¿Y quiénes son hoy los propietarios de aquellos montes? Volvamos a la antigua historia...

La desamortización sembró el temor en los pueblos: cualquiera podía comprar las tierras y privarles de su medio de vida. Decidieron organizarse, se endeudaron, pidieron préstamos y mandaron a algunos vecinos para que asistieran a aquellas subastas públicas. "Comprar el monte no fue fácil, 117.000 pesetas eran mucho entonces; la mayoría lo pasó mal, malvendían el ganado para pagar las letras y en mi pueblo tuvieron que ceder el derecho de tala durante 40 años. Y solo se reservaron el derecho a usar los pastos y coger madera para construir las casas y leña para el hogar", relata Cándido Moreno de Pablo, 71 años, natural de Herrera de Soria. Pero se hicieron con la propiedad. Sus bisabuelos fueron de aquellos 45 vecinos, posiblemente todo el pueblo, que compraron el monte y se beneficiaron de él a partes iguales. Así ocurrió en muchas provincias y surgieron los montes de socios, sociedad de vecinos, de baldíos, en cada sitio toman su nombre.

Pero las oleadas migratorias del siglo XX vaciaron los pueblos: allí quedaron montes, casas y documentos de propiedad, perdidos muchos para siempre.

Esa fragilidad documental ha permanecido hasta hoy. Si no hay papeles, cualquier ayuntamiento puede hacerse titular del monte. "No era justo que esas propiedades que se compraron con tanto esfuerzo y que pertenecen a los vecinos cambiaran de manos así, sin más. Nos propusimos buscar a los herederos y proponerles el rescate de los montes y dar un impulso al desarrollo rural", explica Pedro Medrano, director técnico de la Asociación Forestal de Soria (www.montesdesocios.es).

El Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural les concedió el año pasado 732.000 euros para que peinaran los archivos en busca de los propietarios y sus herederos. El camino genealógico les ha llevado donde era de esperar: a Argentina, por ejemplo, pero también a Barcelona, a Bilbao... El trabajo en la provincia de Soria, la más avanzada, ya está completo: se vendieron 185.000 hectáreas forestales y el 81% acabó en montes de socios, una parte para cada uno. Ahora están repitiendo el proceso en Zaragoza. Las cifras que van saliendo indican que los estudios que hay hasta la fecha se han quedado muy cortos (ver gráfico). Algunos expertos y estudiosos del asunto calculan que el territorio comunal podría ocupar más de dos millones de hectáreas de los cerca de siete millones de superficie forestal que se desamortizaron. Los montes del común, o montes de suertes, han quedado todo este siglo al cuidado de unos pocos lugareños, pero no podían tomar decisiones sin el concurso de todos los propietarios, algo prácticamente imposible. Para salvar ese escollo legal que tenía paralizadas cientos de hectáreas, se modificó en 2003 la Ley de Montes y se abrió paso a las juntas gestoras, para cuya constitución bastan 11 vecinos que ahora sí, tienen poder de decisión. En Soria ya se han constituido 22 de estas juntas -siete en Asturias y hay algunas en cartera en León y Segovia-, pero no se han conformado con eso. Han seguido buscando a todos los herederos, tirando para ello de archivos, pero también de la memoria de los más ancianos, "lo que ha propiciado, además, fructíferos encuentros e intercambios entre generaciones". La propia constitución de las juntas gestoras, a las que se ha querido dotar de gran solemnidad, ha sido todo un acontecimiento en algunos pueblos. Las calles se han adornado, se recibió a autoridades diversas y algunos muy ancianos acudieron a firmar los nuevos papeles que acreditan su propiedad. "Los montes en régimen deproindiviso han sido los grandes olvidados, en las estadísticas oficiales, por parte de las administraciones forestales y, lo que es más triste, por parte de los herederos de los compradores, que olvidaban así parte de su historia reciente", señala Amador Marín, de la Asociación Forestal de Soria.

El rescate de esas tierras tiene un "objetivo principal, que es conservar la población que vive en estas aldeas pequeñas, que no sigan yéndose a las ciudades. Por eso, parte de los beneficios que puedan obtenerse, si no todos, deben tener esa prioridad, restaurar casas y permitir que los vecinos tengan una ayuda económica para seguir viviendo en el pueblo", explica Medrano.

Por lo demás, que nadie piense en hacerse rico. Cuando solo se han encontrado los 11 propietarios precisos para constituir la junta gestora, el resto del dinero solo puede reinvertirse en mejoras, del monte o del pueblo. Y si se encuentra a todos, el reparto dinerario es ridículo. "La experiencia que estamos teniendo es la que esperábamos: estamos encontrando entre los herederos gente joven a la que le hace ilusión participar, dar vida al pueblo de sus abuelos, al monte, ellos saben que con una participación del 0,0008 no podrán nunca hacerse ricos, ni siquiera soñar con una paguita, por más madera que se venda", explica Manuel Gómez Ceña, (Soria), presidente de la junta gestora de La Póveda (Soria), uno de los pueblos con los planes más avanzados.

La búsqueda de los herederos ha generado inmensas sábanas de papel que ahora se despliegan sobre la mesa de la asociación forestal de Soria. Por esos pueblos de Castilla ha caído más de una lágrima cuando se han puesto en contacto con ellos para decirles que allí están sus orígenes y que ese monte es también un poco suyo, al menos un 0,005% de las acciones. "Elías lloraba igual que un nazareno. Cogió algunas piedras de la casa que fue de sus abuelos y se las llevó cuando se volvió para Argentina", cuenta Cándido Moreno de Pablo, de una reciente visita que hizo esta familia. "Les he explicado a todos que jamás permitiremos que se use el monte por interés. Me contestaron que se daban por satisfechos solo con poder demostrar que sus hijos son descendientes de aquellos españoles. Son gente muy sentimental", dice Cándido, castellano viejo, en tono de halago.

"Hay que insistir en que esto no reportará beneficios económicos, de lo que se trata es de que se recupere un sistema de gestión integral, silvopastoral, como el que hubo, equilibrado, y sostenible", sigue Pedro Medrano.

Pero cuando el dinero asoma la patita las cosas se complican inevitablemente. En algunos pueblos, el monte ha empezado a ser más rentable de lo que fue: la culpa la tienen los nuevos molinos de viento. Lo aerogeneradores han traído la pugna entre los vecinos y las administraciones, por ejemplo en Ledrado, una pedanía de Las Aldehuelas. "Nos pertenecen 9 molinos. Nos hemos constituido en junta gestora y podemos explotar eso, ya nos deben atrasos, porque la empresa ha esperado a saber a quién debía pagarlos", explica Pedro Antonio Marín, que ha vuelto al pueblo después de jubilarse y están emocionado con la idea de dar vida a los montes. Un molino puede dar unos 3.000 euros al año. "Pero que nadie se llame a engaño, los dividendos serán para desarrollo rural, para reinvertir en el bosque, para ayudar al bien común en el pueblo". Así lo cree también el alcalde, Segundo Revilla Jiménez. "Esos montes los compraron nuestros abuelos, le pertenecen al pueblo, no hay duda de eso. ¿Por qué habría de reclamarlos el Ayuntamiento? Además, los beneficios irán para el bienestar del propio pueblo y para el mantenimiento de su población, eso aquí es vital", añade.

Sea como sea, todos los implicados en esta aventura apuntan que esta historia nace de la solidaridad y no ha de moverse de ahí. Siempre fue así. En el pueblo de Cándido, Herrera, hay 15 personas censadas, pero solo cuatro casas abiertas. Cada una de esas casas, en pago por seguir manteniendo el pueblo con vida, recibe un 5% del beneficio de las maderas, o de los arrendamientos para el ganado. El resto lo disfruta el Ayuntamiento, es decir, los vecinos. "Siempre fue así", recuerda Cándido. "Con ese dinero se pagó el alumbrado eléctrico, se llevó el agua corriente, se construyeron escuelas, carreteras. Era dinero de los vecinos invertido en los vecinos". Y así sigue.

Las fórmulas solidarias en que se organizan los vecinos para repartirse el uso del monte y su rendimiento son diversas y todas hablan del pasado; preciosas tradiciones que constituyen un formidable patrimonio inmaterial. "En Espejón, por ejemplo, para tener el disfrute de los beneficios hay que garantizar que se vive en el pueblo y hay un libro de pernoctas: los días que se pueden pasar fuera están limitados y los vecinos cuando salen han de comunicarlo al secretario", cuenta Cándido. Parece un cuento antiguo, pero no lo es.

Pueblo a pueblo, el disfrute de estos montes está por lo general aferrado a la descendencia natural, padres, hijos, bodas, nuevos padres y nuevos hijos. Pero la sangría de población es imparable. Los pueblos se quedan desiertos de nuevo, aunque ahora la emigración se traslade solo unos kilómetros, a las cabeceras de comarca, a la ciudad. "Ya se está hablando de abrir la mano para que puedan entrar en estos repartos familias que no sean del pueblo pero que quieran de verdad vivir en él, inmigrantes, por ejemplo...", reconoce Pedro Medrano. Cándido duda, recuerda la tradición, a aquellos compradores antiguos... Pero son los tiempos que corren y sabe que la prioridad es que el pueblo siga vivo y con él, su monte.



FUENTE: EL PAÍS (CArmén Moran, 28 NOVIEMBRE de 2011)

EL ÉXODO DE 4000 NIÑOS VASCOS A GRAN BRETAÑA EN LA GUERRA CIVIL



No era más que una alusión de pasada que apenas ocupaba un párrafo en un estudio del historiador Hugh Thomas sobre la Guerra Civil, pero fue suficiente para despertar la curiosidad de Adrian Bell (1942) acerca de aquel episodio olvidado del conflicto bélico español. Entre los miles de niños españoles evacuados a otros países, antes durante y después del estallido de la guerra, hubo 4.000 niños vascos, entre ellos, cientos de guipuzcoanos, que fueron embarcados desde Bilbao rumbo a Gran Bretaña un mes después del bombardeo de Gernika, en mayo de 1937, huyendo de las tropas franquistas.

«La referencia a esos niños era misteriosa y me intrigó: no decía nada de cómo sucedió ni qué fue de ellos allí en mi país, si llegaron a volver o dónde estaban», rememora este sociólogo y educador británico, ahora jubilado.

Años de investigación y de indagaciones tras el rastro de aquella odisea llevaron a Bell hasta varios de los supervivientes, con quienes se entrevistó siguiendo su huella por toda Gran Bretaña. Entrevistó para el libro a un buen número de los llamados niños vascos sobre todo en Londres, donde residían la mayor parte de quienes no regresaron, rehicieron su vida lejos de sus familias y establecieron su residencia en suelo inglés.

El resultado de la reconstrucción de aquel éxodo ha visto ahora la luz en las páginas del libro 'Sólo serán tres meses' (Editorial Plataforma Historia). El título alude a la frase que varios de los entrevistados recuerdan que les repetían tanto familiares como autoridades en el momento de embarcar. Pero, lo que sólo iba a ser cuestión de meses, se convirtió luego en años para la mayoría, e incluso en el caso de varios cientos de ellos, unos 250 calcula Bell, aquel viaje fue para toda la vida.

Aquel 21 de mayo de 1937 subieron a bordo del 'Habana', un viejo buque con capacidad para 400 pasajeros, un total de 3.862 niños con edades comprendidas entre los 6 y 15 años, junto a 96 maestras, 118 jóvenes voluntarias en calidad de ayuda y 15 sacerdotes vascos. Familiares y allegados habían inscrito pidiendo permiso para embarcar a unos 10.000 niños.

Trampa

En 1939, dos años después de aquella partida, más de la mitad permanecían aún en suelo inglés sin haber sido repatriados a España o a los países donde se habían exiliado sus respectivas familias. El anhelado regreso en muchos casos no era sino una trampa tendida por las autoridades franquistas que, al término de la contienda bélica, se dedicó a rastrear los pasos de las familias que se habían alíado con el bando republicano y no dudó en falsear peticiones de vuelta.

El gobierno franquista, ganada la guerra, hizo lo posible por repatriarles. Hasta los curas que les acompañaron fueron perseguidos, se les acusó de raptar a los niños y a uno de ellos lo sentenciaron a muerte en su ausencia. El resto nunca pudo volver a España y se exiliaron.

Hubo casos de niños que volvieron al terminar la guerra y se encontraron con que sus padres no sabían que habían vuelto o no pudieron dar con ningún familiar que se hiciera cargo de ellos porque habían muerto, se habían exiliado o estaban en la cárcel.

«Hubo reclamaciones falsificadas que sólo buscaban que todos los que huyeron estuvieran bajo control o entregados en adopción a familias franquistas. Nosotros en nuestra inocencia ignorábamos sus intenciones. En mi caso, a punto de repatriarnos a mi hermano mayor y a mí, intervino la Cruz Roja, que dio con mi madre y se comprobó que ella no había sido quien nos había reclamado porque no sabía ni dónde estábamos; cuando en la petición pidiendo nuestra vuelta constaba su firma, que había sido falsificada y mi padre estaba en la cárcel. Otros dos hermanos habían recibido una reclamación firmada por sus dos padres cuando se habían separado hacía muchos años y era imposible que hubieran firmado juntos». Quien así se expresa es Herminio Martínez, uno de los contados supervivientes en condiciones de relatar su experiencia. «Muchos han muerto, otros recuerdos se nos han borrado y hay cosas que muchos de aquellos niños decidieron olvidar expresamente».

Como su hermano. Herminio tenía 7 años y su hermano mayor 11 cuando subieron al 'Habana'. «Los pequeños no entendíamos nada y los mayores, que tendrían 14 como mucho, iban convencidos de lo que les habían dicho, que sólo iba a ser cosa de tres meses».

No fue así, y los afortunados que recibían correspondencia de sus progenitores ya en Gran Bretaña a veces se topaban con palabras que les costaba entender e interpretaban como un rechazo: «Hijo, no vengas por aquí, allí estaréis bien, aquí sólo vas a ser una carga para mí», en esos duros términos se expresaba la madre de Palmiro Ruiz en una carta enviada dos años después de su llegada a Gran Bretaña.

El suyo es uno de los testimonios de supervivientes guipuzcoanos recogidos en el libro por Bell. La familia de Palmiro, el menor de siete hermanos, había llegado a Bilbao desde San Sebastián por mar en un destartalado barco con cientos de republicanos huyendo del asalto de las tropas franquistas tras la caída de la capital guipuzcoana.

Fueron él y un hermano mayor quienes finalmente se embarcaron rumbo a Southampton. «Mi madre tenía que trabajar mucho para alimentar al resto de mis hermanos, de los que varios estaban en la cárcel y nos escribió dos años después, diciéndonos que no podría cuidar de nosotros. Así era la vida política en España entonces».

Los hermanos Virgilio y Rodolfo Molina eran de Irun y llegaron también a la capital vizcaína desde San Sebastián, desde donde partieron en tren y adonde habían llegado haciendo casi todo el recorrido entre la ciudad fronteriza y Donostia andando.

Cuchara con sobras

Durante el primer mes de guerra en San Sebastián, Virgilio asistió a escaramuzas bélicas e incluso ejecuciones. «Al final te vuelves insensible a todo». Los días previos a su embarque en el 'Habana', deambularon por las calles de Bilbao en busca de comida, haciendo cola allí donde hubiera algo de comer mientras hacían noche en los hospicios creados por la Asistencia Social de la ciudad para acoger a los miles de refugiados que llegaban a Bilbao desde pueblos y ciudades de Euskadi que iban siendo tomadas por las tropas franquistas. «Hacía cola en los barracones donde comían los mayores por la tarde y había allí decenas de niños esperando. Nos daban una cucharada de las sobras a cada uno y yo me ponía tan contento». En medio de ese contexto, miles de familias se agolparon durante días en el puerto de Bilbao tratando de que sus hijos subieran a algún barco que les llevara lejos de todo aquello y les pusiera a salvo.

Los padres de Álvaro Velasco tampoco consiguieron reunir el valor para asegurarle que iba a volver. «Me dijeron que tenía que irme para que al menos así sobreviva uno de nosotros». El drama de su familia no se detuvo ahí. «La primera casa que bombardearon en San Sebastián fue la nuestra. Mi hermana estaba embarazada y sobrevivió. Cuando llegamos a Bilbao, la situación se repitió, hubo otro bombardeo y ella logró ponerse a salvo. El niño nació y, tras salvarse de dos bombardeos, murió de una neumonía en el barco que les llevaba a los dos a Francia».

Barracones

Tras dos días de travesía, la expedición del Habana arribó al puerto de Southampton, desde donde fueron repartidos con posterioridad por campamentos y colonias. «Nos esparcieron por todo el país alojándonos por escuelas destartaladas, edificios vacíos, barracones, tiendas de campaña improvisadas».

Palmiro recuerda aquellos momentos: «llovía y el agua se filtraba por debajo de las tiendas y la mayoría no teníamos ningún colchón. Había perdido el abrigo en el viaje en barco y no había ningún doctor. Hubo un momento en que empecé a escupir sangre y no sé ni como salí de aquello, sinceramente», confiesa en el libro.

La expedición se topó con las reticencias expresadas por el Gobierno británico, renuente a recibir y albergar a los niños y al dictado del pacto de No Intervención en la Guerra Civil española suscrito en 1936, por Gran Bretaña, entre otros paises, para evitar la intervención extranjera en la contienda y evitar la internacionalización del conflicto. «El gobierno británico no los quería», recuerda Bell.

El primer ministro de la época, el conservador Stanley Baldwin, famoso por su tibia política respecto a los planes de Hitler en Europa, llegó a argumentar su negativa diciendo que «el clima inglés no les iba a sentar bien». Finalmente, el gobierno británico autorizó a regañadientes la llegada de los niños con la condición de que no hubiera para ellos ninguna ayuda económica.

FUENTE: DIARIO VASCO (Arturo García) 21 NOVIEMBRE 2011

LA DESARMONIZACIÓN FISCAL ENTRE LAS DIPUTACIONES VASCAS CREAN PROBLEMAS



«El sistema fiscal vasco está diseñado para que gobierne siempre el mismo partido en todas las instituciones». La frase, compartida por los anteriores y nuevos responsables de la Hacienda foral guipuzcoana (Hamaikabat y Bildu), es una de las conclusiones a la que llegan expertos en política fiscal consultado por este periódico que advierten que, frente al discurso más tremendista y apocalíptico, las lagunas en la normativa fiscal vasca permiten que Gipuzkoa, Bizkaia y Araba tengan impuestos diferentes. Ahora bien, que nadie se lleve a engaño. La advertencia no supone una carta blanca. Los mismos expertos ya avisan de que, una vez producida la desarmonización, las cosas se pueden poner muy feas a la hora de acordar el reparto de ingresos entre el Gobierno Vasco y las diputaciones.

Por de pronto, diputaciones y Gobierno Vasco se reúnen hoy en el Órgano de Coordinación Tributaria (OCT) para intentar un acuerdo fiscal de mínimos y de última hora de cara a 2012. No parece fácil alcanzar ese entendimiento y el escenario más previsible en este momento es que el año próximo existan diferentes normativas fiscales en Euskadi. Por un lado, Bizkaia (PNV) y Araba (PP) parecen cerca de sellar un acuerdo para plantear una reforma, que sería diferente a la presentada en Gipuzkoa (Bildu), que cuenta con el visto bueno del Gobierno Vasco (PSE).

Lo cierto es que la normativa vigente no es inmaculada. Cada territorio aplica por ejemplo diferentes deducciones en el Impuesto de Sociedades, que grava los beneficios de las empresas, en virtud de la tipología de su tejido económico. Ahora bien: una cosa son deducciones de mayor o menor calado, y otra que Gipuzkoa, por ejemplo, suba el marginal del IRPF al 50% para las rentas más altas o que reduzca las deducciones en apartados tan sensibles como vivienda y EPSV mientras Bizkaia y Araba no le sigan en el camino. O que, llevados al extremo y citando el pasado reciente, un territorio recupere el Impuesto de Patrimonio y los otros no.

Varios meses después de que las diputaciones y el Gobierno Vasco iniciaran sus contactos para una reforma fiscal, las advertencias sobre una posible desarmonización se han repetido sin cesar por parte de unos y otros. El aviso ha pasado ya a ser una especie de espada de Damocles sobre la mesa negociadora y también, por qué no decirlo, sobre la Diputación de Gipuzkoa, que se ha adelantado a sus vecinas ante la falta de avances y ha aprobado ya una reforma fiscal que, eso sí, debe ser avalada por las Juntas.

Ahora bien. ¿Las leyes vascas imponen la armonización? ¿La regulan con claridad meridiana? Expertos en política fiscal consultados por este periódico niegan la mayor y advierten que la «norma no lo aclara, ni especifica qué es armonización y no armonización. ¿Cuál es el límite? ¿Dónde se marcan las horquillas donde se pueden mover los impuestos o los tipos de gravamen?», se preguntan tras recurrir a las leyes que en teoría deberían especificarlo: la Ley de Territorios Históricos, el Concierto Económico, el Estatuto de Autonomía o incluso la Ley de Armonización Fiscal. Todas ellas, añaden los expertos, apuntan claves nada específicas.
Para casos extremos, el Parlamento Vasco aprobó la tan recurrente Ley de Armonización Fiscal 3/1989, modificada posteriormente por la 4/1998. Pese a su enunciado, tampoco aclara la cuestión. Los propios expertos descartan que sea la panacea. «Nunca se ha aplicado y parece complicado», asumen varias fuentes consultadas. Isaac Merino, catedrático de Derecho Financiero de la UPV, descarta que la Ley de Armonización permita armonizar los tipos de gravamen de un impuesto. «No hay una norma vigente para hacerlo. Lo que prevé la Ley de Armonización, precisamente, es crearla. En ella se dice que, cuando proceda, se armonizarán distintos elementos del Impuesto de Sociedades. Entre ellos, el tipo de gravamen. Pero cuando proceda. Ese momento aún no ha llegado y lo debe hacer el Parlamento Vasco».
Merino ya dejó clara su postura cuando Gipuzkoa estuvo a punto de aprobar un Impuesto de Sociedades diferente a Bizkaia y Araba. «No hay una norma directamente aplicable y por tanto exigible, para armonizar los tipos de gravamen del impuesto. O para que los territorios no puedan tener impuestos diferentes. Otra cosa es que sea oportuno o conveniente».

Lo que parece claro es que tanto el Concierto Económico como la Ley de Territorios Históricos atribuyen las competencias fiscales a los territorios, en detrimento del Parlamento Vasco. Por resumir, la dinámica es sencilla. Las normas tributarias se consensúan en el OCT, donde cada institución presenta su proyecto de reforma. El informe derivado se lleva luego a cada Parlamento territorial, pero con una señal de preaviso: no es vinculante. El OCT es un órgano consultivo, por lo que cada Diputación es soberana.

Eso sí, una cosa es que los expertos en política fiscal admitan que las lagunas en la normativa permitan que Gipuzkoa, Bizkaia y Araba tengan impuestos distintos, y otra, bien diferente, es que sus consecuencias sean inocuas. De hecho, es en este punto donde surgen los verdaderos problemas. ¿Cuándo? En el momento de hacer cuentas de lo recaudado. Es decir, en la reunión que cada febrero realiza el Consejo Vasco de Finanzas, donde Gobierno Vasco y diputaciones regulan los flujos financieros.

Por explicarlo en cuatro pinceladas, los tres territorios vascos aportan el 70% de lo que recaudan al Gobierno Vasco. De esa cantidad, Bizkaia aporta el 50%, Gipuzkoa el 33% y Araba el 17%.

Pero, ¿y si un territorio ha recaudado menos que lo que le corresponde en virtud de su peso económico? Las razones pueden ser muchas: la propia idiosincrasia de su tejido económico, que afronta peor épocas de crisis, o en este caso, la aprobación o rechazo a una subida de impuestos. «Cuando un territorio recauda menos echa mano del fondo de solidaridad vigente en la Ley de Aportaciones para llenar las arcas. El problema es que es muy difícil saber por qué ha recaudado menos. Es ahí donde entran los problemas. Una Diputación puede oponerse a que su vecina acuda al fondo de ajuste si piensa que pudo subir los impuestos y no lo hizo, por poner un ejemplo», señala un experto con experiencia en la materia. «En el OCT se aguanta todo, pero en el Consejo Vasco de Finanzas. Son momentos de tensión máxima», añade.

Cada territorio suele tener sus razones. A Gipuzkoa, por ejemplo, se le ha achacado históricamente que recauda menos por el peso del movimiento cooperativo, sometido a un tipo de gravamen en el Impuesto de Sociedades inferior al resto.

Pero, sin duda, el ejemplo más claro ocurrió hace apenas dos años tras la decisión de Gipuzkoa de mantener el Impuesto de Patrimonio en solitario. El modelo obligó a contabilizar los 44 millones que recaudó el territorio como si fueran de todo Euskadi, por lo que obligaba a Bizkaia y Araba a pagar al Gobierno Vasco su parte de un impuesto que no habían recaudado. «Una clara perversión del modelo», tal y como lo definió el consejero de Economía, Carlos Aguirre.

Para resolver el desencuentro, el Gobierno Vasco se comprometió a asumir algo más de la mitad de los 15 millones que le correspondía pagar a Bizkaia, mientras que los 7,4 millones restantes los afrontaba Gipuzkoa con el compromiso de Lakua, según la Diputación, de devolver ese dinero a través de alguna medida anticrisis. Dos años después, esos 7,4 millones ni están ni se les espera. En resumen, de los 44 millones que recaudó el territorio en solitario por el Impuesto de Patrimonio apenas se quedó con 27 millones, el 60% del total.

FUENTE: DIARIO VASCO (D. Taberna), 21 NOVIEMBRE de 2011

JOSE MARI ARIZMENDIARRIETA, UNA VIDA AL SERVICIO DE LA JUSTICIA



El 5 de febrero se cumplieron 70 años de la llegada de José María Arizmendiarrieta a Mondragón. Tan sólo dos semanas antes había oficiado su primera misa este joven sacerdote de 26 años. Y no hacía ni cuatro que se había librado de engrosar la lista de dos docenas de sacerdotes vascos fusilados por sus convicciones nacionalistas. Un destino que no lograron eludir los tres sacerdotes que precedieron a Arizmendiarrieta en la parroquia de San Juan.
Movilizado al inicio de la guerra en 1936, el seminarista ciego de un ojo acabó destinado al departamento de prensa del PNV, concretamente a la redacción del periódico en euskara Eguna en Bilbao. El historiador Fernando Molina, en su biografía sobre José María Arizmendiarrieta (Caja Laboral, 2005), reseña que los editoriales y el tratamiento de la información del periódico «coincidían en la defensa a ultranza de la patria vasca y de sus componentes más importantes: la lengua y la religión». José María se encargaba de traducir al euskara las noticias internacionales que llegaban por teletipo, «adaptadas a las necesidades de la propaganda por un censor». Además elaboraba noticias deportivas centradas, sobre todo, en fútbol, pelota y ciclismo. Pero los grandes asuntos que completaban el análisis de la guerra y la exaltación de la identidad vasca eran la religión y la cuestión social. En ellos fue donde José María participó con una serie discontinua de artículos firmados con el seudónimo Arretxinaga. Y fue justamente la paternidad de ese seudónimo lo que el juez instructor franquista encargado de tomarle declaración trataba de averiguar en julio de 1937. Arizmendiarrieta había sido detenido tras la delación de un taxista de Markina de simpatías falangistas. Ante el juez declaró desconocer quién era Arretxinaga. Él se «limitaba a transcribir al euskera lo que alguien, bajo el seudónimo Arretxinaga, le enviaba en castellano». Con ese argumento, el hecho de haber sido movilizado forzosamente y cobrar su sueldo como miliciano en lugar de hacerlo del PNV, el joven seminarista encaró un consejo de guerra sumarísimo del que logró salir bien parado. Lo hizo gracias a los documentos exculpatorios que el párroco de Markina -carlista pero amigo de Arizmendiarrieta- logró arrancar al alcalde y a dos prominentes falangistas de la localidad. Y también al telegrama del comandante militar de la plaza que comunicaba que, pese a ser «hijo de separatistas y de la misma tendencia», el joven seminarista no era militante nacionalista activo. Salió libre el 12 de agosto de 1937.
FUENTE: DIARIO VASCO, 20 NOVIEMBRE de 2011

EL "VENERABLE" ARIZMENDIARRETA

Poco hay que no se conozca ya sobre la biografía ejemplar y magna obra del sacerdote José María Arizmendiarrieta (Markina 1915-Arrasate 1976). El pensamiento del inspirador y padre espiritual del cooperativismo mondragonés, de cuyo fallecimiento se cumplirán 35 años el próximo 29 de noviembre, ha sido objeto de incontables estudios e investigaciones.

Ahora son su vida espiritual y su apostolado -fue coadjutor de la parroquia de San Juan Bautista durante 35 años- los que se escrutan bajo los focos del proceso de canonización impulsado en 1999 por algunos de sus discípulos más cercanos.

La instrucción del mismo arrancaba oficialmente en marzo de 2007 con la apertura del 'proceso informativo sobre la vida, virtudes y fama de santidad' de don José María. A lo largo de los dos siguientes años, un tribunal eclesiástico constituido al efecto por el Obispado de San Sebastián recababa toda clase de testimonios, pruebas y documentos sobre la vida religiosa del Siervo de Dios José María Arizmendiarrieta. Hasta la clausura de esta 'fase diocesana' en mayo de 2009, fueron muchos los que, habiendo tenido el privilegio de conocerle personalmente, atestiguaron la vida de oración y de trabajo pastoral desempeñada por don José María durante su ministerio sacerdotal en Mondragón desde 1941 a 1976.

Las actas de esta primera fase del proceso de canonización fueron seguidamente remitidas a la Congregación de las Causas de los Santos de Roma. Una congregación que, como explicaba un miembro de la Comisión Postuladora para la Canonización de José María Arizmendiarrieta, «emitió en unos pocos meses y con una celeridad desacostumbrada el 'Decreto de Validez' de la documentación aportada en la fase diocesana y preparada en esa fase por la religiosa Carmen Pérez».

Y es en Roma donde se instruye en la actualidad una segunda fase que estudia la heroicidad de las virtudes de Arizmendiarrieta para ser reconocido por la Iglesia como venerable.

El encargo de defender la causa de Arizmendiarrieta ha recaído en el abogado y religioso Alfredo Simón. El Congreso Ordinario de la Congregación para las Causas de los Santos designó a este agustino navarro Relator de la Causa del Siervo de Dios José María Arizmendiarrieta. Su misión consiste en dirigir el trabajo de preparación de la Positio. Con este nombre se designa el volumen de unas 500 páginas en que deben condensarse los elementos recogidos en la Encuesta Diocesana para probar que el Siervo de Dios practicó todas las virtudes en grado heroico.

En base a ese volumen deberán emitir su juicio tanto los consultores teólogos en el Congreso Peculiar, como los cardenales y obispos en la congregación ordinaria. Si el juicio es favorable y el nombramiento es refrendado por el Papa, que es el único que tiene potestad para tomar la decisión', don José María se convertirá en 'Venerable' a ojos de la Iglesia. El objetivo de la Comisión Postuladora es «conseguir el nombramiento de 'Venerable' para el año 2015, coincidiendo con el centenario del nacimiento de Arizmendiarrieta. Un propósito cuyo desarrollo resumen de la siguiente manera desde la Comisión Postuladora: «esperamos que en el año 2012 el Relator presente el caso al Congreso Peculiar, nombre de la reunión de teólogos que tiene que analizar el caso en primera instancia. Dicho congreso estudia 20 casos al año, hay una larguísima cola -para muchos años- y luego tiene que pasar al Colegio de Cardenales antes de que el nombramiento sea ratificado por el papa».

Más difícil, y mucho más dilatado en el tiempo, será su beatificación, siguiente paso jerárquico en la ascensión de Arizmendiarrieta a los altares. Para ello es requisito imprescindible acreditar la paternidad de un milagro. Y sólo si alguna vez se llega a atribuirle la autoría de un segundo milagro podrá Arizmendiarrieta alcanzar la santidad. «Pero en todo caso eso no lo veremos nosotros», avisaba Tomás Iraola, secretario del Obispado de San Sebastián de 50 años, para advertir sobre la lentitud de un proceso que «en algunos casos se ha prolongado más de 50 años e incluso más de un siglo».

Obras se le reconocen muchas y muy fecundas a Arizmendiarrieta, pero milagros por ahora ninguno. Sin embargo, la instrucción del proceso informativo para su canonización ha revelado dos hechos que, si bien no reciben el apelativo de milagrosos, si tienen cuando menos carácter extraordinario. Ambos hechos han sido objeto de la correspondiente investigación para determinar las circunstancias personales y médicas en que se desarrollaron. Pero desde el Obispado descartan que pueda tratarse de hechos milagrosos, por lo que no pueden tener ninguna influencia en la evolución del proceso de canonización que se sigue en Roma.
El número de noviembre del boletín informativo semestral que edita la Comisión Postuladora ha desvelado estas dos 'gracias recibidas' que sus protagonistas atribuyen a la intercesión de don José María.

El primero se refiere al caso de un labrador de Zestoa abatido con lesión medular y fractura de vértebras al caérsele un almiar (meta, en euskera) encima. «Queda totalmente inmovilizado diagnosticándosele una tetraplejia. Su hermana a la misma hora, ajena al accidente, recogía en la Iglesia el Boletín Informativo. Ferviente creyente, pidió la intercesión del Siervo de Dios Arizmendiarrieta, rezando diariamente la Oración del Boletín. Tratado médicamente el accidentado inició una lenta y progresiva recuperación desde una situación de total inmovilidad. Los resultados clínicos han superado las mejores expectativas y su hermana creyente y fervorosa, asocia su curación asombrosamente inesperada a la intervención del Siervo de Dios y lo comunica al Obispado para dar testimonio del favor recibido».

El segundo caso se refiere a una familia de Lasarte-Oria que «en poco tiempo se vio afectada de graves enfermedades y accidentes complicados con cuatro operaciones quirúrgicas, dos de ellas muy graves. Arantza Astola que conoció en vida al Siervo de Dios Arizmendiarrieta le rogó y pidió su intercesión y todo salió bien. Desea que lo que le ocurrió a su familiar conste entre las gracias recibidas», reza en el boletín informativo correspondiente a noviembre de 2011.

FUENTE: DIARIO VASCO (Kepa Oliden), 20 DICIEMBRE de 2011

LA TECNOLOGÍA NO PRODUCE NI UN SOLO ÁTOMO DE FELICIDAD (Juan Luis Arsuaga, paleontólogo)


Arsuaga posa con el fémur de una mujer,
hallado en Lezetxiki


Llegó a San Sebastián para hablar de los primeros humanos y de los descubrimientos paleontológicos más recientes. Juan Luis Arsuaga, prestigioso paleontólogo, codirector de Atapuerca, profesor de la Complutense y director de la revista 'Munibe' de Aranzadi, abrió ayer en el Museo San Telmo las Jornadas de Arqueología que organiza esta sociedad de la que es miembro. Tolosarra nacido por casualidad en Madrid en 1954 -«mi padre jugaba en el Atlético de Madrid»-, pasó por Donostia y afirmó que «son malos tiempos para la lírica y para los prehistoriadores».
-¿Quiénes fueron los primeros humanos?
-Nuestros primeros antepasados eran africanos y tenían entre cuatro y seis millones de años. Hace dos millones de años se produjo un gran cambio y esos antepasados eran ya más similares al humano. Y hace 200.000, también en África, apareció por fin el Homo Sapiens. Nosotros somos el eslabón intermedio entre el mono y el ser humano, como decía el Nobel Konrad Lorenz.
-¿Cromagnones y neandertales se relacionaban entre sí?
-Los auténticos europeos son los neandertales. O sea que los europeos de verdad, los castizos, no somos los vascos, como algunos piensan, sino los neandertales. Estaban mucho antes que los vascos. Los neandertales estaban en Europa y los cromagnones llegaban de África. Se encontraron y se conocieron. Los neandertales se extinguieron y los crogmanones seguimos aquí. Pero algo de ellos nos ha quedado...
- ¿El hombre moderno lleva genes neandertales?
-Los neandertales se extinguieron pero una parte de ellos sigue viva. El borrador del genoma de este primo de los humanos demuestra que los habitantes de Europa y Asia llevan hasta un 4% de ADN neandertal.
- El origen de la conciencia, ¿cuál es y por qué surge?
-En la Naturaleza las cosas no ocurren por algo, ocurren y punto. Los hombres tenemos una mente social y utilizamos nuestro cerebro para procesar esa información social. Eso es lo que nos hace tener conciencia: la necesidad de saber qué piensa el otro de mí, la necesidad de saber cómo me ven los otros. Y esto es producto de la evolución social. Somos seres sociales e inteligentes que manejamos esa información social. Hasta la moral solo tiene sentido en una especie social como la nuestra.
-¿Somos nosotros más felices que nuestros bisabuelos?
-Por la tecnología desde luego que no. No creo que yo sea más feliz que mi abuelo porque tenga móvil y coche. Él tenía un precioso reloj de cadena que aún funciona. La felicidad no está en la tecnología. La felicidad está en que nuestra sociedad es más justa y más igualitaria. Hoy en día la salud es mejor, la justicia social también, la diferencia de sexos sin embargo es menor. Es todo esto lo que contribuye a la felicidad. Creo que vivimos en la mejor sociedad de la historia de la humanidad. Pero no por los avances tecnológicos, sino porque no hay tantas diferencias sociales y las relaciones son más iguales. Lo que nos rodea es mejor que nunca pero la tecnología no produce ni un solo átomo de felicidad.
-Hable de Lucy.
-Lucy fue una mujer maravillosa. Uno de los esqueletos humanoides más antiguos del mundo, un Australopithecus afarensis, de unos 3 millones de años que fue descubierto en Etiopía. Una preciosidad de un metro de altura y de unos 20 años que debe su nombre a una canción de los Beatles. Como decía la fantástica Agatha Christie: «Enamórate de un arqueólogo porque cuanto más vieja más te querrá».
-Considera la Prehistoria como 'la edad de oro' del ser humano.
-Lo digo en un sentido nostálgico. En el siglo XIX, por ejemplo, había más tiempo para hablar, para pasear, para las relaciones humanas. Es verdad que en la España de aquellos años morían muchos niños antes de cumplir los cinco y que la esperanza de vida estaba en los 35 años... Pero uno echa de menos lo bueno que se va perdiendo.
-¿Le sigue sorprendiendo Atapuerca?¿Todavía esconde secretos?
-El yacimiento de Atapuerca tiene para varias generaciones. Es enorme. Y es un proyecto científico de envergadura mundial que todavía tiene mucho que enseñarnos.
-¿Lamenta el desprecio de ciertas gentes de las Letras hacia la cultura científica?
-La ciencia en España empieza ahora y debe desarrollarse. Los intelectuales de mi época eran de cafés y no querían ni deporte ni naturaleza. Había estrechez de miras.

FUENTE: DIARIO VASCO 18 NOVIEMBRE de 2011

UN DOCUMENTAL REMEMORA LOS BOMBARDEOS DE LA GUERRA CIVIL

Josefina Mota recuerda que cuando los aviones sobrevolaban su pueblo durante la guerra civil se tumbaba boca abajo en las trincheras y cerraba los ojos para conjurar el miedo. Vivía en Berango y tenía 15 años. Desde entonces no pide más que "salud, paz y trabajo", y que no vuelva a su vida la miseria de aquellos años. Como otros testigos de los bombardeos, volvió a rememorar el horror de los bombardeos sobre las poblaciones civiles del País Vasco para configurar el documental Zerutik sua dator!, que ayer se estrenó en Zinebi, el Festival Internacional de Cine Documental y Cortometraje de Bilbao.

Josefina Mota acompañó junto a Teodosia Etxeandia, superviviente del bombardeo de Gernika, al equipo de Zerutik sua dator!,producido por la Diputación de Vizcaya, en la presentación pública de un documental, de 50 minutos de duración, que aspira a transmitir a las nuevas generaciones la terrible experiencia de la agresión a poblaciones civiles durante la guerra civil mediante bombardeos. En la memoria colectiva permanece en primer plano la destrucción de Gernika, y se conoce también el bombardeo de Durango y, en menor medida, el de Otxandiano. Pero no fueron los únicos: una treintena de localidades vizcaínas sufrieron los bombardeos.

Egoitz Rodríguez, el director de Zerutik sua dator! (en euskera, cae el fuego desde el cielo, la frase de un niño que observa el inicio de un bombardeo sobre su pueblo), explicó que el proyecto reivindica la memoria histórica y quiere ser un instrumento que permita la transmisión generacional. Por eso reunieron en los pueblos afectados, alrededor del fuego, a testigos de los bombardeos con jóvenes que apenas habían oído hablar de ellos para que conversaran sobre lo ocurrido. El intercambio de preguntas y respuestas ha llegado al documental, tejiendo la película con aportaciones rodadas en cada una de las localizaciones afectadas por los bombardeos en Bizkaia y testimonios de una treintena de testigos directos. Así, Zerutik sua dator! incluye danza, teatro, animación, entre otras piezas aportadas en cada pueblo. En total participaron en la realización del documental más de 3.000 personas. Entre los fragmentos que componen la película se encuentra, por ejemplo, la representación Arde Gernika, que fue representada en las calles de la localidad el pasado mes de abril para conmemorar el aniversario del bombardeo.



Mire un VIDEO en este ENLACE

FUENTE: EL PAÍS (Eva Larrauri) 17 NOVIEMBRE 2011

SAN TELMO SE SUMERGE EN LA PREHISTORIA

Ekain (Gipuzkoa)

El Museo San Telmo de San Sebastián y la Sociedad de Ciencias Aranzadi volvieron ayer a cruzarse en el camino. El centro donostiarra inauguró la exposición La aventura de la Prehistoria en Gipuzkoa, en colaboración con la institución científica, después de que ésta hace 15 años abandonara el edificio del Museo y abriese sede propia en el barrio donostiarra de Alto de Zorroaga.


 La muestra, abierta hasta el próximo 15 de enero, recorre las diferentes etapas que han jalonado la investigación prehistórica en el territorio, desde el siglo XIX a los "estudios interdisciplinares de la actualidad", según explicaron sus responsables.


La exposición recoge diversas piezas como un Libro de actas de Tolosa, fechado en el siglo XVII, que recoge por primera vez y califica de "sepulturas" los monumentos megalíticos de Belabieta o las fotografías y dibujos originales que José Miguel Barandiaran realizó sobre los dólmenes de Kalamua.

FUENTE: DIARIO VASCO (Inés P. Chavarrio), 17 NOVIEMBRE 2011

¿CÓMO DEBEMOS PROTEGER EL PATRIMONIO CULTURAL DIGITAL?



La revolución digital ha supuesto, además de posibilitar la comunicación de forma hasta hace poco tiempo insospechada e increíblemente rápida, la aparición de una cantidad desorbitada de contenidos, informaciones, publicaciones que conjuntamente constituyen el acervo cultural digital contemporáneo. Esta eclosión cultural compuesta por lo que anteriormente conocíamos como bitácoras denominados blogs en la actualidad, pero ya no sólo en formatos de texto escrito, sino también en formatos de audio como los podcasts, o en video como los videoblogs; publicaciones en línea, wikis, webs, e incluso todo aquello que los usuarios están publicando en sus redes sociales, no nos cabe ninguna duda que debe ser preservado a fin de que las generaciones futuras puedan, no sólo estudiar e investigar sobre la sociedad actual, sino también enriquecerse culturalmente como nosotros lo hemos hecho de las generaciones pasadas.

Esta propia revolución digital con la característica subyacente de la inmediatez, la rapidez, la aparición y desaparición a golpe de un click de los servicios, webs y por ende de los contenidos alojados en los mismos; debe hacernos reflexionar sobre la necesidad de almacenar, guardar y proteger contenidos que en muchos casos sólo se encuentran en formatos digitales, así como de aquellos que aun encontrándose en otros formatos hayan sido también digitalizados. La reflexión, debe basarse principalmente en 2 pilares, formatos utilizados para el almacenamiento, puesto que tal y como avanza la tecnología puede quedar obsoleta echando al traste las intenciones de preservación del patrimonio cultural digital; y contenidos a preservar, más si cabe cuando la realidad demuestra que la publicación electrónica de obras y el patrimonio digital crece de forma exponencial.


La UNESCO ya en el año 2003 desarrolló la Carta para la preservación del patrimonio digital donde se establecían las bases de lo que comprende el patrimonio digital y la importancia de su preservación, así establece que el patrimonio digital comprende recursos de carácter cultural, educativo, científico o administrativo e información técnica, jurídica, médica y de otras clases, que se generan directamente en formato digital o se convierten a éste a partir de material analógico ya existente. Los objetos digitales pueden ser textos, bases de datos, imágenes fijas o en movimiento, grabaciones sonoras, material gráfico, programas informáticos o páginas Web, entre otros muchos formatos posibles dentro de un vasto repertorio de diversidad creciente. A menudo son efímeros, y su conservación requiere un trabajo específico en este sentido en los procesos de producción, mantenimiento y gestión. Muchos de esos recursos revisten valor e importancia duraderos, y constituyen por ello un patrimonio digno de protección y conservación en beneficio de las generaciones actuales y futuras. Este legado en constante aumento puede existir en cualquier lengua, cualquier lugar del mundo y cualquier campo de la expresión o el saber humanos.

Con esta idea de preservación se han puesto en marcha diferentes proyectos de conservación del denominado patrimonio digital, como puede ser en el ámbito estatal: Cataluña el proyecto PADICAT1 (Patrimonio Digital de Catalunya), la Biblioteca Nacional de España a través del proyecto de “Preservación digital del dominio .es”, que junto con la entidad Archive Internet, y cumpliendo con su compromiso de garantizar el derecho de acceso a la cultura de todos los ciudadanos, ha emprendido la tarea de recolectar e indizar automáticamente el dominio .es2; o el propio Gobierno Vasco que a través del proyecto Ondarenet, Archivo Electrónico del Patrimonio Digital Vasco, pretende conservar y difundir el patrimonio digital del pueblo vasco, es decir, el conjunto de recursos digitales que son fruto del saber o de la expresión de la sociedad vasca en sus múltiples facetas y que por su valor deben ser conservadas para la posteridad3; o en el resto del mundo con proyectos como Pandora4 de la biblioteca Nacional Australiana o Netarkivet5 de Dinamarca.


Estos proyectos de preservación del patrimonio cultural digital deben a su vez estar respaldados por una normativa en la que en la actualidad no encuentra acomodo o está desfasada, fuera de la realidad que suponen las nuevas tecnologías y la publicación electrónica de las obras, como es el caso la normativa sobre el depósito legal, que si bien se encuentra en la actualidad en fase de revisión, discusión y actualización a la realidad que estamos describiendo.

Por ello, todas las tareas de preservación del patrimonio cultural deberán tener su acomodo en una normativa que permita a las Administraciones Públicas correspondientes el almacenamiento o conservación de este patrimonio cultural sin ningún tipo de laguna ni cortapisa, ya sea a través de la normativa de depósito legal como se ha estado realizando desde hace mucho tiempo, u otras análogas con las mismas características; y a su vez contar con un respaldo para cumplir con el derecho de todo ciudadano de acceso a la cultura recogido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, así como en nuestra Carta Magna. Esta normativa de respaldo para cumplir con ese derecho universal debe ser en todo caso respetuoso con los derechos de propiedad intelectual de los titulares o autores que han generado ese patrimonio cultural digital. Ahora bien, no debiera en ningún caso utilizarse la normativa de propiedad intelectual como cortapisa, problema u obstáculo que impidiera a los ciudadanos ese acceso a la cultura por el temor subyacente actualmente a la facilidad de copia, y comunicación pública de los contenidos, y en su caso de la distribución de los mismos.
Huelga decir que nos encontramos por las razones anteriormente mencionadas en un momento sumamente interesante e importante, donde se están debatiendo sobre la elección de los sistemas de conservación, preservación y acceso al patrimonio cultural digital tanto desde el punto de vista meramente técnico, de selección de contenidos; como jurídico, que de una forma u otra afectará a las generaciones futuras.

ANTECEDENTES DE LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE de 1934 Y SU REPERCUSIÓN EN EL PAÍS VASCO (Marcelino Oreja)

Aquí tienes el ENLACE con el texto de la conferencia pronunciada por Marcelino Oreja Aguirre, el 5 de octubre de 2009 en la Universidad San Pablo-CEU de Madrid. Marcelino Oreja, es jurista, político y escritor. Pertenece a una familia de destacados empresarios y políticos tradicionalistas.

Es hijo de Marcelino Oreja Elósegui, diputado tradicionalista (carlista) y director de la empresa Unión Cerrajera de Mondragón, que murió asesinado durante la Revolución de 1934 por militantes ugetistas.  Vinculado durante el franquismo a los grupos de opisición de la democracia cristiana, participó en el partido Unión de Centro Democrático de Suárez de quien fue ministro de Exteriores. Y posteriormente, tras la desaparición de la UCD, ingresó en Alianza Popular (luego Partido Popular). Actualmente trabaja en la empresa privada.


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ESOS PAPAS DE CINE

http://tentaciones.elpais.com/2011/11/papas.html

EL SURGIR DE UN NUEVO CICLO


El catedrático de Sociología Ignacio Sotelo escribe un interesante artículo en el que hace un curioso recorrido por la Historia de España en la Edad Contemporánea, al hilo de las diferentes crisis que ha habido.

Hago una selección de algunos fragmentos del artículo:

Aumentan los indicios de que el régimen que inauguró la Transición pierde capacidad operativa, y con ello, legitimidad, para resolver los problemas que se han ido acumulando. Se precisa de una reforma radical -desde muy diferentes intereses y puntos de vista se ha hablado incluso de una Segunda Transición- que, sin embargo, parece altamente inverosímil que las fuerzas políticas establecidas lleven a cabo.

La crisis mundial puede estar abriendo un nuevo ciclo en nuestra historia contemporánea. Recordemos que desde la invasión napoleónica hemos tenido cuatro. La Primera Restauración, de carácter absolutista, dura de 1814 a 1833 y, como en 1975, acaba con la muerte de la persona que encarna todo el poder del Estado. El segundo ciclo, este ya liberal, aunque muy debilitado por las guerras carlistas, persiste hasta septiembre de 1868 en que Isabel II tiene que salir de España. Sigue una etapa de tanteo e incertidumbre que no logra consolidarse en monarquía constitucional ni en república. Un tercer ciclo liberal, hasta ahora el más largo, se extiende desde la Segunda Restauración en 1875 a la dictadura de Primo de Rivera en 1923. Curiosamente, el Desastre de 1898 no puso en cuestión al régimen, por lo menos a corto plazo, aunque facilitó que emergiese la todavía no resuelta "cuestión catalana".

Desde 1917 se multiplican las señales de que la Segunda Restauración perecería si no lograba reformarse. La I Guerra Mundial fue el factor determinante para que se planteara este dilema, tanto por el crecimiento económico que los dos primeros años de guerra trajeron consigo, como por la grave crisis social que desencadenó el final. El desmoronamiento de los imperios alemán, austriaco y, sobre todo, el triunfo de la Revolución Bolchevique en Rusia, influyeron de manera decisiva sobre el movimiento obrero europeo; también en España la crisis se sintió con fuerza, donde el régimen liberal alfonsino había impedido la integración social y política de las clases trabajadoras. Después de un largo interregno (1923-1936) en el que tampoco pudo consolidarse la monarquía parlamentaria ni la república, en 1936 empieza un cuarto ciclo autoritario que llega hasta 1975. Se destaca por la estabilidad, debida tanto a la brutal represión de los 20 años posteriores a la Guerra Civil, como al rápido crecimiento económico a partir de los sesenta que transformó España en una moderna sociedad industrial.

Un hecho altamente significativo resalta en esta historia: en los regímenes que mostraron mayor estabilidad, el fernandino (1814-1833), el alfonsino (1875-1923) y el franquista (1936-1976), incluso en el mucho menos estable primer liberalismo (1833-1868), el poder estuvo al servicio de las clases superiores, aunque, obviamente, la evolución socioeconómica llevase consigo una distinta composición tanto de las clases dominantes (latifundistas, industriales, financieras) como de las trabajadoras (ocupadas en el campo, en la industria, en servicios) con un crecimiento lento, pero continuo de los sectores medios.


Puedes seguir leyendo el artículo en este ENLACE de EL PAÍS.

FUENTE: EL PAÍS, 8 NOVIEMBRE de 2011

LOS "NIÑOS VASCOS"

En 1986 el historiador británico Jim Fyrth señalaba que:
La historia de los niños vascos ha sido ignorada por la mayor parte de los historiadores de la época. A pesar de ello fue un gran acontecimiento en la historia de la sociedad británica. Afectó a casi la totalidad del país y cambió las vidas de mucha gente. Dejó lazos duraderos entre este país y las tierras vascas. 1
(Fyrth 1986:242)
Una década más tarde Bell (1996) y Alonso Carballés (1997) expresan la aún notable falta de atención escolar con respecto a dicho episodio histórico. Lo que es más, todavía hoy en día podemos señalar la falta de presencia de las narrativas de los “niños vascos” en el campo académico de investigación de migraciones humanas (Sabín-Fernández 2011).
Pero, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de “niños vascos”?
Durante la guerra civil española y como parte de la feroz ofensiva de las tropas insurrectas contra el frente norte republicano, las poblaciones de Otxandio en 1936 y Durango en marzo de 1937 sufrieron ataques aéreos cuyo objetivo fue la población civil. Esto no fue suficiente para captar la atención de aquellos países (entre ellos el Reino Unido) que queriendo evitar que el conflicto se extendiera a su propio territorio, habían suscrito un Pacto de No Intervención en la guerra civil española que en teoría les mantenía alejados de la contienda. Sin embargo, cuando el 26 de abril de 1937 Gernika fue bombardeada por la aviación alemana con la ayuda de las tropas italianas como parte de su campaña de apoyo al bando nacional, se produjo un significante cambio de actitud a nivel internacional. A partir de este brutal ataque la presión popular de ciudadanos exigiendo a sus gobiernos la prestación de ayuda humanitaria creció extraordinariamente y un nuevo grado de interés se manifestó incluso en esferas en las que hasta entonces se había ignorado esta guerra. El Gobierno Vasco pudo entonces negociar una evacuación masiva de no combatientes, especialmente de niños y de niñas, a diversos países europeos.
El hecho de que una fuerza aérea bombardeara premeditadamente un objetivo no militar —y de que ametrallara a aquellos civiles que intentaban huir de una muerte inminente (ver Steer 2004)— afectó a la opinión pública británica de tal manera que el gobierno se vio obligado a reconsiderar su postura no intervencionista. Por ello, y a pesar de su firme oposición inicial a aceptar refugiados, finalmente aprobó una limitada evacuación de niños vascos con la condición de que no se utilizara ningún tipo de fondos o recursos públicos para esta empresa. Esto supuso que la operación correría totalmente a cargo de voluntarios, tanto a nivel de organizaciones no gubernamentales como de individuos, todos ellos dispuestos a colaborar impulsados en gran medida por razones humanitarias o políticas que frecuentemente discreparon con los intereses del estado.
Refugiados a bordo del SS Habana
Refugiados a bordo del SS Habana. Southampton, mayo 1937.

















Así pues el 21 de mayo de 1937, unos 3861 niños y niñas, con edades entre 5 y 14 años, acompañados por poco más de doscientos adultos, fueron evacuados del puerto de Santurtzi, en Bizkaia, en el buque transatlántico SS Habana, para terminar su viaje por mar en Southampton, al sur de Inglaterra. De allí fueron trasladados a un campo de refugiados improvisado en Eastleigh, a pocas millas del puerto de desembarque, de donde a lo largo de los meses siguientes les fueron dispersando a diferentes colonias por todo el país (para listado de colonias ver Arrien 1991).
Entrada al campamento de refugiados. Eastleigh, 1937
Entrada al campamento de refugiados. Eastleigh, 1937.
Tras la caída de Bilbao a manos de los nacionales empezaron las repatriaciones, y para cuando en 1939 empezó la segunda guerra mundial la mayoría de aquellos niños habían salido de vuelta hacia su país de origen. En algunos casos sus padres les habían reclamado, pero en muchos otros la repatriación fue debida a la gran presión ejercida por Franco, con la colaboración de ciertas instituciones británicas y en contra de la voluntad de sus padres. Obviamente, el hecho de que el Reino Unido continuara dando asilo a estos “refugiados de guerra” contradecía la existencia de las garantías de seguridad y protección a todos sus ciudadanos que el nuevo gobierno español proclamaba.
Esta fue solo una entre las múltiples situaciones paradójicas que rodearon la evacuación y que acompañaron a aquellos niños el resto de sus vidas. Por ejemplo, una vez que el gobierno de Franco fue reconocido a nivel oficial en el Reino Unido, el objetivo del gobierno británico —presionado en gran medida por las autoridades eclesiásticas— fue repatriar a todos los niños que permanecían en el país. Sin embargo esta decisión no era de su competencia, debido a las condiciones que dicho gobierno había impuesto inicialmente con respecto a quién era responsable de la evacuación y posterior estancia en el país de aquellos niños evacuados.
Según la Basque Children of ’37 Association UK:
Los alrededor de 400 que permanecieron en el Reino Unido o bien eligieron hacerlo (si tenían más de 16 años se les dio la opción de decidir por ellos mismos), o tuvieron que quedarse porque sus padres habían muerto o estaban en la cárcel. Para 1945, todavía quedaban mas de 250 niños y niñas en el Reino Unido y muchos de estos se quedaron permanentemente.2
Durante los años que siguieron a la evacuación, estos niños fueron sujetos a diversas categorizaciones normalmente dictadas por intereses ajenos a los suyos propios, pero entre todas las expresiones utilizadas para denominarles la única constante que se ha mantenido desde que llegaron al Reino Unido hasta el presente es “Basque children” (“niños vascos”). Este es también el término con el que ellos mismos se auto-identifican.
Empezaron como “evacuados” en su país de origen para convertirse en “refugiados” en el país de acogida. Durante la segunda guerra mundial y debido a una nueva ley aprobada por el gobierno británico en 1940, su estatus legal de refugiados fue sustituido por el de “enemy aliens” (“extranjeros enemigos”). El uso de este nuevo término tan marcadamente negativo tuvo indudablemente implicaciones desfavorables a muchos niveles. La consecuencia más inmediata fue que el hecho de que tuvieran estatus de refugiados reconocía la imposibilidad de su retorno a su país de origen y así pues su innegable derecho a amparo y protección, pero al perder ese estatus legal también perdían los derechos a él asociados.
Campamento de refugiados. Eastleigh, 1937.
Campamento de refugiados. Eastleigh, 1937.
Otra consecuencia importante fue que mientras que en un principio la opinión pública se había mostrado considerablemente comprensiva y había visto a los niños vascos como un grupo de personas necesitadas, ahora les empezaba a percibir como seres molestos y hostiles dada su nueva calidad de “enemy aliens”. En otras palabras, la cohesión del grupo había comenzado a desaparecer a los ojos del público y los niños vascos se estaban convirtiendo en un inconveniente social.
Testimonios orales indican algunos de los problemas con los que tuvieron que enfrentarse en sus vidas cotidianas, tales como los señalados por uno de aquellos niños vascos en una conversación mantenida en Londres en 2006:
Somos los olvidados, no nos dieron pasaporte, éramos “enemigos aliens”. Cuando nos casamos en el Reino Unido Franco no reconoció nuestras bodas, pues no eran católicas ni religiosas, y consideraron a nuestros hijos bastardos.
Al finalizar la segunda guerra mundial se les impuso una nueva categorización, esta vez como “stateless persons” o “ciudadanos apátridas”. Según escribe en sus memorias uno de aquellos niños vascos:
[éramos] residentes en el Reino Unido —ciudadanos de las Naciones Unidas con pasaportes y salvoconductos expedidos por esta organización (obviamente inservibles en la España franquista) que sólo nos permitían desplazarnos y volver al país de residencia—. La posición nos parecía insoportable.
(Santamaría 2008:183)
Finalmente y tras una serie de disputas y largos procesos burocráticos aquellos individuos que habían sido etiquetados y re-etiquetados durante años, de alguna manera consiguieron pasaporte y una nacionalidad, española en algunos casos y, en otros, inglesa.
Además de la prolongada falta de interés académico en lo concerniente a los niños vascos mencionada anteriormente, durante décadas también hubo un extraordinario silencio institucional tanto en el Reino Unido como en el Estado Español. Durante muchos años no se reconoció su presencia en ningún acto oficial ni se debatieron compensaciones de ningún tipo. Salvo escasas excepciones la historia de estos niños no apareció en escritos académicos, ni tampoco en currículos escolares, ni en formas de arte o de divulgación en general. Como resultado, esta vez los miembros del colectivo decidieron su nueva categorización, se empezaron a autodenominar “los olvidados”
A finales de los años ochenta por primera vez se celebró cerca de Bilbao una reunión de niños evacuados durante la guerra civil con motivo del 50 aniversario de su partida, a la que acudió un buen número de aquellos que habían sido evacuados al Reino Unido. Esta fue la plataforma que situó a este colectivo en la esfera pública. Una esfera que iba cambiando y en la que gradualmente se iba introduciendo un debate en torno a la “recuperación de la memoria histórica” que situaba su foco de atención en la guerra civil española y en sus consecuencias. Producto de esta guerra fue la migración forzada de miles de niños y niñas que habían sido evacuados de sus lugares de origen y separados de sus familias, y a los que se les empezaba a asignar una nueva categoría, la de “niños de la guerra”. Este término debido a su contenido impreciso y falta de exactitud ha sido en ocasiones disputado por aquellos que favorecen el uso de expresiones tales como “niños del exilio”, o más concretamente “generación de Gernika”.
La última década ha presenciado una fiebre memorialista que ha sacudido al mundo y que ha impulsado el aumento de prácticas conmemorativas relacionadas con los caídos y los refugiados de guerras. Recientemente el episodio vivido por los niños vascos evacuados al Reino Unido ha suscitado gran interés y ha generado una considerable producción académica y artística (ver Sabín-Fernández 2010), estrechamente unido a que 2006 fuera declarado el “Año de la Memoria Histórica”. En este contexto se ha puesto el énfasis en el aspecto emotivo y dramático de la historia, lo que si por un lado resulta entrañable y humano, por otro evade el tema de que todos estos niños fueron “refugiados de una guerra civil”. Es decir, deja de lado el aspecto de fondo del asunto que les llevó al Reino Unido y el hecho de que todavía no se les ha compensado de ninguna manera o encontrado el modo de reconocer plenamente su historia a nivel oficial.
Niño vasco en la comida anual de jubilados
Niño vasco en la comida anual de jubilados. Londres, diciembre 2007.
Foto: Susana Sabín.
Después de examinar algunas de las categorías utilizadas para designar a este colectivo que se caracteriza por su heterogeneidad y por estar compuesto de individuos con antecedentes y trayectorias de vida muy diferentes, resulta difícil encontrar una sola expresión que englobe toda esa diversidad y a la vez singularidad del grupo. Mi propuesta es que más que buscar una simple etiqueta necesitamos elaborar una frase que pueda expresar aquello que todos sus miembros tienen en común y que en definitiva les une y define como grupo diferenciándoles de otros colectivos. Esto es, “los niños vascos refugiados de la guerra civil española en el Reino Unido”.
Dos niñas vascas en la comida anual de niños vascos
Dos niñas vascas en la comida anual de niños vascos. Londres, mayo 2010.
Foto: Susana Sabín.
REFERENCIAS
Alonso Carballés, J. (1997) ‘La historiografía sobre “los niños del exilio”: la historia olvidada’, Exils et migrations ibériques au XXe siècle - Exilios y migraciones ibéricas en el siglo XX, Paris, 3/4, 168-185.
Arrien, G. (1991) Niños Vascos Evacuados a Gran Bretaña 1937-1940, Bilbao: Asociación de Niños Evacuados el 37 = 37.an Atzerriraturiko Haurren Elkartea.
Bell, A. (1996) Only for Three Months: The Basque Children in Exile, Norwich: Mousehold Press.
Moradiellos, E. (1999) ‘Un Triángulo vital para la República: Gran Bretaña, Francia y la Unión Soviética ante la Guerra Civil española”, Hispania Nova, Revista de Historia Contemporánea, 1.
Sabín-Fernández, S. (2010) ‘Conmemoracciones: Memoria y Memorialización de los Niños Vascos Refugiados de la Guerra Civil Española en el Reino Unido’, Les Cahiers de Framespa (online), 5.http://framespa.revues.org/287.
Sabín-Fernández, S. (2011) The ‘Niños Vascos’. Memory and memorialisation of the Basque Refugee Children of the Spanish Civil War in the UK, Donostia/Gazteiz: Eusko Jaurlaritzaren argitalpen Zerbitzu Nagusia.
Steer, G.L. (1938, ed. 2004) El Árbol de Gernika. Un ensayo sobre la guerra moderna, Tafalla: Txalaparta.
1Mi propia traducción del texto original en inglés.
2Mi propia traducción del texto original en inglés.

FUENTE: www.euskonews.com 599, zbk., 2011-11-04