LA MANO DEL NEANDERTAL ASOMA TRAS LAS PINTURAS MÁS ANTIGUAS


Cueva de El Castillo (Cantabria)

Tal vez nada nos acerque más a los ignotos humanos del pasado que las pinturas que hicieron en las cuevas. Y no solo se convierte en mensaje casi directo un primoroso bisonte policromado, sino incluso la simple silueta de la mano de alguien que la contorneó soplando un tinte por una caña. El norte de España es rico en esos vestigios. ¿Quién hizo las pinturas rupestres? ¿Y cuándo? A la segunda pregunta hay ahora una respuesta clara: algunas tienen más de 40.000 años. Esto las hace unos 5.000 años más antiguas de lo que sugerían las dataciones anteriores y, además, abre una inquietante incógnita sobre sus autores.

Siempre se ha considerado que fue nuestra especie, la humanidad moderna, la autora de esas obras de arte primitivas, entre otras cosas porque cuando fueron pintadas muchas de ellas ya habían desaparecido los neandertales (hace casi 30.000 años). Pero no hay razón para negar a estos últimos la capacidad de pintar, para afirmar que carecían de la cultura simbólica necesaria para hacerlo. Ahora resulta que algunas de las pinturas son más antiguas de lo que se creía y claramente contemporáneas de los neandertales, por lo que cabe especular que pueden ser obra suya. Es solo una idea, advierten los expertos, porque no se conocen pinturas rupestres de aquella especie. Y hace 40.000 años ya estaba el hombre moderno en Europa. De cualquier modo, esas obras de arte primitivo de Cantabria y de Asturias son las más antiguas del mundo de edad bien determinada.

El descubrimiento viene de la mano de unas nuevas dataciones de 50 pinturas en 11 cuevas. En la de El Castillo, un disco tiene 40.800 años o más, y algunas siluetas de manos, 37.300. En Altamira, un símbolo rojo claviforme tiene, al menos, 36.500 años.

“Las pruebas de la presencia de humanos modernos en el norte de España se remontan a 41.500 años y antes de ellos estaban allí los neandertales”, explica Alistair Pike, líder del equipo autor de este trabajo que se presenta en la revista Science. “Nuestros resultados indican que, o los humanos modernos llegaron a Europa con la pintura ya incorporada a su actividad cultural o esta se desarrolló inmediatamente después de su llegada, o tal vez se trata de arte neandertal”.


La creación artística es un hito de la evolución de las capacidades cognitivas y el comportamiento simbólico, y puede ser asociado al desarrollo del lenguaje, recalcan los investigadores.

Se conocen vestigios de capacidad simbólica de la humanidad moderna anteriores a su llegada a Europa, como cuentas perforadas y cáscaras de huevo de avestruz decoradas de hace entre 70.000 y 100.000 años, encontradas en África, recuerdan los científicos. Tal vez nuestros antepasados prehistóricos desarrollaron más aún esa innovación cultural, ya en el continente europeo, en su competición por los recursos con los neandertales. Pero de estos últimos, que vivían en el territorio miles de años antes de que llegaran los humanos modernos, también se han encontrado pruebas de su capacidad simbólica, como enterramientos y adornos corporales.

Si resultase que los artistas prehistóricos eran la otra especie “sería un descubrimiento fantástico”, añade Pike. “Significaría que los contornos de mano en las paredes de esas cuevas son de neandertal... pero necesitamos datar más muestras para ver si esto es así”, añade. La prueba definitiva sería identificar pinturas rupestres anteriores a la llegada a Europa de la humanidad moderna, es decir, anteriores a 42.000 años, como mínimo.

“No sería sorprendente que los neandertales resultaran ser los primeros artistas de las cavernas. Puede parecer chocante, pero en el contexto de lo que hemos aprendido de ellos en la última década no debería sorprender demasiado”, dice Joao Zilhao, investigador de la Universidad de Barcelona y uno de los miembros del equipo de Pike. Reconoce que no se puede afirmar por ahora que está demostrada esa autoría. Pero si fuera así, añade, significaría que “el lenguaje y las capacidades cognitivas avanzadas estaban presentes en el linaje humano hace mucho tiempo: al menos desde el ancestro común de neandertales y humanos modernos, hace medio millón de años”.

Juan Luis Arsuaga, codirector de las excavaciones de Atapuerca, destaca dos aspectos en este “magnífico trabajo”. “Lo primero que resulta muy interesante es la datación exacta del arte paleolítico, que permite comprobar el esquema clásico de evolución estilística: ahora está claro que las siluetas de manos y los símbolos son más antiguos, y luego evolucionaría hacia un estilo más descriptivo, más figurativo”. En cuanto a si pudieron ser los neandertales los autores de las obras rupestres más antiguas, Arsuaga afirma que no hay nada probado con este trabajo de Pike y sus colegas, “que nos deja con la miel en los labios. Las elaboradas figuras de ciervos y bisontes, no creo, pero las siluetas de manos y los símbolos, ¿por qué no?”.

Las dataciones de las pinturas rupestres y los grabados prehistóricos han sido muy inciertas desde hace años. El problema es que, a menudo, los pigmentos utilizados son minerales, no de origen orgánico, por lo que no son eficaces las técnicas de radiocarbono. Y en los que son de carbón, solo se pueden extraer cantidades minúsculas para no dañar las obras, lo que dificulta la datación, porque cualquier contaminación se magnifica.

Pike (Universidad de Bristol, Reino Unido) y sus colegas, casi todos ellos de España y de Portugal, han utilizado una técnica denominada de uranio/torio con la que no analizan directamente los pigmentos sino las capas mineralizadas (calcitas) que, con el tiempo, se forman sobre las pinturas. Las obras de arte rupestre que están debajo no pueden ser más modernas. Es una técnica mínimamente invasiva, comentan, porque ahora se puede aplicar a muestras de pocas decenas de miligramos.

“Nada impide, que sepamos, que los neandertales pudieran tener arte, aunque aún no lo hemos encontrado”, dice Ignacio Martínez, paleoantropólogo de Atapuerca. “Aquellos individuos tenían todo lo necesario para poder ser artistas: un cerebro grande, seguramente capacidad de hablar, una tecnología compleja... y tenemos pruebas de que practicaban el adorno personal”.

En este nuevo trabajo de datación de las pinturas rupestres participan, además de Pike y Zilhao, investigadores de varias instituciones españolas: Marcos García-Diéz, de la Universidad del país Vasco; J. Alcolea y R. De Balbín, de la Universidad de Alcalá de Henares; C. González-Sainz, de la Universidad de Cantabria; Carmen de las Heras, José Antonio Lasheras y R. Montes, del Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira; D.L. Hoffmann, de la Universidad de Bristol y del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, y B.P. Pettitt, de la Universidad de Sheffield, en el Reino Unido. 20.000 años de grafiteros en AltamiraUn símbolo claviforme rojizo del Techo de los Polícromos de la cueva de Altamira tiene, por lo menos, 36.500 años. Luego el arte rupestre empezó allí 10.000 años antes de lo que pensaba. Lo han datado ahora los científicos con el nuevo método. Las espectaculares figuras de bisontes son de hace unos 18.000 años. Esto significa que el lugar fue visitado y pintado por los hombres prehistóricos repetidas veces a lo largo de un período de casi 20.000 años, concluyen los investigadores. Como prueba, otra pintura de la famosa cueva también datada de nuevo, es de hace 22.000 años.

“Altamira tiene numerosas pinturas, incluidas manos humanas y animales. La cronología de este arte se ha debatido desde su descubrimiento [en 1868]”, escriben Alistair Pike y sus colegas en Nature. Ellos recuerdan en su artículo que los expertos coincidían ya en distinguir varias fases superpuestas en las 10 principales zonas decoradas de la cueva, pero no coincidían acerca de cuánto tiempo habría durado la repetida presencia y utilización —al menos artística— de los humanos en Altamira.

También en El Castillo se empezaron a fondo los grafiteros prehistóricos. En esa cueva hay más de un centenar de imágenes en múltiples cámaras. Los científicos ahora han datado un disco rojizo hecho con salpicaduras en el llamado Panel de las Manos y tiene más de 40.800 años. Las siluetas de las manos —hechas con la misma técnica de soplar un pigmento alrededor de un objeto pegado a la pared—, tienen 37.300 años.


FUENTE: EL PAÍS (Alicia Rivero) 14 JUNIO 2012 

EL GOBERNADOR QUE SALVÓ VIDAS Y MURIÓ FUSILADO



Un día antes de ser conducido ante el pelotón de fusilamiento, Vicente Talens Inglá escribía una última postal a su pareja, presa en un campo de concentración francés: "Mi asunto sigue lo mismo. Además de las personas que se ocupan de mí aquí en Valencia, y las de Llaurí, tengo también muy buenos informes de Almería. Se han portado muy bien en mi asunto, no tengo queja". Su asunto, como el de tantos miles de republicanos, socialistas, comunistas y anarquistas prisioneros en las cárceles franquistas de la primera posguerra, no era otro que el de salvar la vida. Talens Inglá, gobernador de Almería de julio de 1937 a abril de 1938, compartía una celda de doce metros cuadrados en  la cuarta galería de la cárcel Modelo de Valencia, con otros doce reclusos. Entre ellos se encontraba Gonçal Castelló, escritor valenciano que narró el dramático día a día de los presos en su novela testimonialSumaríssim d’urgencia en la que Talens desempeña un papel protagonista con el nombre de Vicente Tamarit.
Para no inquietar a su compañera, que está viviendo también circunstancias dramáticas, en las postales que envía a Francia, el exgobernador se muestra optimista: "Mi sobrino Domingo ya salió en libertad y se interesa de mi asunto mucho, creo que se resolverá bien. Mi asunto es completamente político y por lo tanto no tengo inquietud alguna". Sin duda Talens se refiere al anuncio hecho por las autoridades franquistas sobre que nada habían de temer aquellos que no tuvieran las manos manchadas de sangre. Como delegado del Partido Comunista en la Guardia Popular Antifascista de Valencia, había tenido la oportunidad de interceder a favor de algunas personas perseguidas por el bando republicano y como gobernador había liberado por falta de pruebas a unos 200 presos derechistas.
Nada de ello le sirvió de mucho. Como es sabido, la justicia franquista invirtió la carga de la prueba y por lo tanto era el preso el que debía demostrar su inocencia ante cualquier denuncia que podía llevarle a la cárcel o al paredón. Como la gratitud no es siempre moneda corriente, dos personas a las que había salvado la vida presentaron los cargos más graves contra él. Aunque Talens trataba de mostrarse contento con los informes que sobre su actuación llegan de Almería, de Llaurí, su pueblo de origen, y de la propia Valencia, en su caso pesó más su "asunto completamente político" que, en junio de 1940, bastaba para que cualquier preso acabara formando parte de una de las sacas con dirección a Paterna que hicieron tristemente célebre la cárcel Modelo de Valencia. En su deposición ante el juez, Talens intentó presentarse como "un simple afiliado" del Partido Comunista, pero los que le juzgaron estaban al tanto de su trayectoria y sabían que había sido delegado del PCE en el Consejo Provincial de Seguridad de Valencia en 1937 y gobernador de Almería. Tal como afirmaba el periódico Frente Rojo, "nuestro camarada Vicente Talens Inglá no es un militante cualquiera de nuestro partido". Con semejante historial, las posibilidades de evitar el paredón tendían a cero.
SIgue leyendo este apasionante reportaje en este enlace de EL PAÍS.
Antonio Ramírez Navarro, periodista y sociólogo, es autor del libro La fuerza de los débiles (Instituto de Estudios Almerienses).
FUENTE: EL PAIS 18 JUNIO 2012

LA VANGUARDIA (11 DICIEMBRE 1893)

He aquí la página del periódico barcelonés LA VANGUARDIA, donde su corresponsal da cuenta del viaje de los empresarios catalanes a Bilbao, donde ven las industrias vizcaínas, asisten al meeting-protesta, en el que toma parte Federico Echevarría, cuyo texto entra en Selectividad.

Clica en este enlace de LA VANGUARDIA.


UNA SIMBOLOGÍA ADMITIDA O MANIPULADA



La elaboración del Diccionario ilustrado de símbolos del nacionalismo vasco (Tecnos) coordinada por cuatro profesores de Historia Contemporánea —Santiago de Pablo, José Luis de la Granja, Ludger Mees y Jesús Casquete— ha necesitado seis largos años de trabajo. En esta amplia obra, de una docena de expertos y a lo largo de 900 páginas, se abordan medio centenar de iconos, entre los que se incluyen himnos y lemas, fechas y lugares, personajes reconocidos o controvertidos; unos consolidados como la ikurriña, y otros manipulados, incluso inventados. Algunos, como la noción de Euskadi o Euskal Herria, reflejan todavía las paradojas que rodean al nacionalismo moderado y al radical y a sus señas de identidad.

Pregunta. El nacionalismo vasco ha generado una importante simbología y gran cantidad de iconos muy por encima de otros partidos políticos o movimientos.
S. de Pablo. Más que otros. Pero eso, también, tiene que ver con la propia evolución histórica, y se refleja muy bien en el paso del PNV a ETA y a la Izquierda Abertzale (IA). En realidad lo que ha estado haciendo la IA, en estas últimas décadas, ha sido casi lo que hacía el PNV en sus treinta primeros años de historia; que era movilizar por medio de una gran cantidad de símbolos. Parecería de alguna manera que el PNV ha sentado ya sus símbolos, los más importantes, y ha conseguido que formen parte de la sociedad vasca, incluso, que sean oficiales, y ahora el que necesita movilizar, mucho más, por medio de símbolos es ETA o la IA.
P. Pero en este país hay símbolos compartidos que unen y otros que dividen dentro del mismo nacionalismo y dentro de la sociedad.
J. L. de la G. Los mayores aglutinantes de una comunidad política y social son precisamente los símbolos. Efectivamente, es tanto para cohesionarse a nivel interno, como para diferenciarse de los ajenos a esta comunidad. Y de ahí la abundancia de símbolos, y su cambio. Hay que plantearse, —cuando en los años ochenta, hasta la derecha más españolista, todos aceptaron el término Euskadi—, ¿por qué a partir de ese momento el llamado MLNV, el nacionalismo vasco radical cambia? Porque es una forma de diferenciarse de los demás y de volver al nombre tradicional de Euskal Herria, cuando anteriormente había sido utilizado sin problemas por los carlistas, por los franquistas, o por Fraga, y cuando hace un siglo era el término precisamente no nacionalista. Es ese afán de diferenciarse y también el hecho de que Euskadi se identificaba cada vez más con la Comunidad Autónoma Vasca. El PNV asume el término Euskal Herria con el Pacto de Estella pero en los últimos años, precisamente cuando ve que la vía de Estella ha fracasado, vuelve al término Euskadi, sobre todo, después de Ibarretxe, y lo contrapone al de Euskal Herria para diferenciarse a su vez del nacionalismo radical. Aunque hablen del mismo territorio pero con distintos nombres.
“Telesforo Monzón es un símbolo vampirizado por la izquierda ‘abertzale”

P. Entre el medio centenar de símbolos que componen el extenso trabajo del diccionario, escojamos algunos, y el primero puede ser uno de los más reconocidos aún con connotaciones distintas, pero que une, a su vez, a muchos vascos. Es Gernika.
S. de P. Sí porque Gernika es un símbolo muy especial. Primero porque es previo al nacionalismo. No es un invento. Segundo, porque es un símbolo universal en el País Vasco e internacionalmente. Y tercero, porque Gernika no es un solo símbolo, es un conjunto de símbolos. Es el símbolo de la libertad vasca que cada uno interpreta de manera distinta con la Casa de Juntas, el árbol…, y es el símbolo de la paz después del bombardeo, y el cuadro de Picasso. Tres símbolos en uno como mínimo, y en ese sentido es el que une a toda la sociedad vasca desde el PP hasta la izquierda abertzale que se reúnen ahí. Pero con connotaciones distintas, desde los Reyes a los carlistas como unión con España, y al siglo XX con los nacionalistas.
J. de la G. Un símbolo sobre todo foral, que identifica a los Fueros de Bizkaia y por extensión a los Fueros vascos con el árbol de Gernika.
S. de P. Y luego tenemos las manifestaciones recientes de los expresos etarras con el Guernica de Picasso, que al principio ningún nacionalista aceptó, ni le gustó. No aparece, prácticamente, hasta los años sesenta en la prensa del exilio. Entonces, Gernika en ese sentido es paradigmático, y un símbolo muy especial, donde juran los lehendakaris con liturgias distintas, pero el lugar es el mismo.

PEn su trabajo los símbolos no solo se centran en lugares o signos, también en algunos personajes destacados de nuestra historia convertidos en mitos o referencias del nacionalismo vasco, como Sancho el Mayor, Tomás Zumalacarregui, José Antonio Aguirre, Txabi Etxebarrieta, San Ignacio de Loyola, y por supuesto el fundador del PNV, Sabino Arana.
J. L. de la G. No solo es el fundador de un partido político al que dota de una ideología, de una prensa. Para mí no es solo el padre del nacionalismo vasco, sino el padre también de una idea de nación vasca en el sentido moderno del término, y por eso le da los símbolos principales que tiene toda nación. No le gusta el nombre tradicional de Euskal Herria porque se relaciona con la lengua e inventa el neologismo Euzkadi y lo relaciona con su idea de Nación Vasca vinculada a la raza y a la religión. No le gusta el Gernikako arbola que todos aceptaban históricamente, derechas e izquierdas, y entonces escribe la letra de lo que se conoce como el Gora ta gora, aunque hoy lo oficial sea solo la música. Precisamente no le gustaba el carácter universalista del Gernikako arbola y a su himno le da una connotación claramente religiosa. Luego el País Vasco tenía escudo pero no tenía bandera. Algún intento anterior había fracasado, y entonces inventa una bandera pero con esa peculiaridad de que como el primer nacionalismo es bizkaitarrismo, él y su hermano la diseñan para Bizkaia y no para Euskadi. Luego al tener mucho éxito dentro del nacionalismo y más tarde también fuera de él, pasa a ser la bandera de Euskadi. En definitiva, que Sabino Arana es el creador de los principales símbolos del País Vasco. Pero lo que llama la atención es que en cuanto muere en 1903 siendo un líder carismático, se convierte en un símbolo en sí mismo. Es uno de los principales símbolos de todo el nacionalismo, y reconocido como el único padre fundador del movimiento. Es literalmente santificado. La propia prensa nacionalista habla del culto a Sabino, y no es solamente político, es también religioso. Los dos aglutinantes de la comunidad nacionalista vasca nucleada por el PNV hace un siglo eran el aranismo y el catolicismo. Es como una doble religión.

PSe da también, a veces, la recuperación de cierta simbología histórica como Amaiur utilizada por el nacionalismo más radical.
S. de P. Es más reciente pero tiene sus antecedentes. En Amaiur está por un lado el hecho histórico, es decir, ser el último castillo donde defienden los agramonteses de 1521 a 1522 a los reyes de Navarra exiliados en Francia. Realmente es un tema muy desconocido en la historiografía de Navarra hasta finales del XIX, que es cuando en un ambiente no nacionalista, y en defensa de los Fueros, se recupera la memoria de Amaiur. En 1922, fecha del quinto centenario se instala en monolito, y uno de los que contribuye, por ejemplo, a su construcción es el conde de Rodezno, futuro ministro de Franco. O sea, que realmente ahí no hay una relación vasquista o nacionalista. Y a partir de esa fecha el PNV en Navarra, empieza a recuperar a Amaiur como símbolo, y uno de los principales periódicos del partido en Navarra, precisamente, se llama Amaiur. Durante la Guerra Civil se forma un batallón de gudaris con ese nombre. Hay una leve recuperación, pero realmente no es hasta fechas relativamente recientes, después de la Transición, cuando, sobre todo, desde la IA se recupera esa idea de Amaiur, y que con ello se intenta vincular la integración de Navarra en la nación vasca. Amaiur, es una búsqueda artificial, una recuperación reciente porque hace dos o tres décadas nadie hablaba de ello, ni del arrano beltza.
J.L. de la G. Un factor fundamental es que el aranismo siempre ha sido bizkaitarrismo y por eso sus mitos históricos son vizcaínos como la batalla de Arrigorriaga o la de Mungia, y en cambio el nacionalismo vasco radical reciente los aparta. Ha buscado siempre en Navarra la base de esa idea, no solo de nación, sino de Estado vasco, y no le interesa la batalla de Arrigorriaga, prefiere la de Roncesvalles. Es el mismo esquema, pero los mitos históricos de la época medieval pasan de Bizkaia, que era con Arana, a Navarra con el nacionalismo radical que quiere hacer de Pamplona la capital de ese Estado vasco.
S. de P. Pero esto es reciente porque la misma ETA de los años sesenta dice en un Zutik que hablar de que los reyes de Navarra tenían conciencia nacional no tiene ningún sentido. ¡Hombre! se puede pensar que tiene más contendido histórico que la batalla de Arrigorriaga, pero la reinterpretación que se hace, desde luego, es igualmente falsa.
J. L. de le G. ¿Os acordáis del eslogan de la Transición Nafarroa, Euskadi da?, ahora parece al revés Euskadi, Nafarroa da.
P. Como Sabino Arana, otros personajes nacionalistas se convierten en símbolos y mitos como puede ser José Antonio Aguirre, el primer lehendakari.
J. L. de la G. Diría que Aguirre es el político vasco más importante de siglo XX, y el único equivalente que tiene fuera del nacionalismo es Indalecio Prieto, y después de Aguirre dentro del nacionalismo pondría a Manuel Irujo. Los tres fueron los padres fundadores de la Euskadi del 36, del Estatuto y del primer Gobierno vasco. Aguirre es mitificado también, pero la diferencia con Arana es que no es sacralizado. Ha pasado medio siglo y el nacionalismo ya no es tan integrista como lo fue hasta la Segunda República. Se ha modernizado, se ha secularizado política y religiosamente. Arana fue el gran ideólogo, pero Aguirre fue el gran político. La diferencia es que Arana nunca puede ser un símbolo de todos los vascos y para mí es una diferencia fundamental. A la figura de Castellao, hoy en día símbolo de todos los gallegos, sean nacionalistas o no, le honran el galleguista radical o lo hacía Fraga siendo presidente de la Xunta. Es asumido por todos los gallegos. Eso no sucederá con Sabino Arana, porque es un personaje muy controvertido. En cambio, Aguirre ha sido homenajeado, como hace dos años, por todas las fuerzas políticas, incluidas las no nacionalistas.

P. Y dentro de esa lista de mitos o símbolos, reconocidos o discutidos, está también la figura de Telesforo Monzón.
S. de P. Telesforo Monzón es un caso muy especial porque es un símbolo vampirizado por la izquierda abertzale, no como el Gudari Eguna o el Eusko Gudari, sino porque el mismo ha dado el paso. En ese sentido, el PNV ha prescindido de él como símbolo, es decir, se ha olvidado de la primera parte de su vida, y no lo reivindican para nada. Al revés, parece que para la IA el único Monzón que existe es el Monzón que se acerca a ETA a partir de finales de los sesenta, y no el Monzón de origen aristócrata con muchos contactos monárquicos, que juega la carta de Don Juan en el exilio, que pertenece al Gobierno vasco durante la guerra y poco después, y con un sentido religioso pronunciado. Es un símbolo muy particular, que se reconvierte en un nuevo y distinto icono a diferencia de otros. Y luego está todo el tema de su vinculación con el euskera que para la izquierda abertzale está teniendo un componente distinto que para el PNV, porque es más real.
P. ¿Y cómo se explica ese cambio?
S. de P. Quizá por su propio carácter. Mi impresión es que, leyéndole y recogiendo testimonios, era un hombre muy temperamental, con un carácter firme capaz de irse de un extremo a otro. Hablando del péndulo él se desboca. Sus propias ansias de protagonismo le llevan al exceso.
J. L. de la G. No olvidemos que Monzón que tenía muchísimos contactos con monárquicos y se entrevista con conspiradores en la primavera del 36 en Guipuzkoa. Por eso es un personaje muy contradictorio.
S. de P. Monzón deja pronto a Aguirre y abandona el Gobierno en el exilio para dedicarse a sus negocios. Se desliga de su pasado y reaparece a finales de los sesenta a través de Anai Artea con el padre Larzabal, y su nacionalismo muy sentimental, muy literario hasta entonces, se va radicalizando. Acaba siendo un poco el profeta, y es la imagen que tenemos de él en un mitin de La Casilla, blandiendo la makila, queriendo llevar al pueblo a su tierra prometida. Es el que sirve a la idea de los gudaris de ayer y de hoy, del 36 y de ETA, que son los herederos. Eso es claramente Monzón.

P. Pero siendo católico y del PNV acaba aceptando la violencia, o por lo menos no condenándola.
S. de P. En ese sentido el PNV siempre lo ha tenido más claro, afirmando que los verdaderos gudaris no son los que matan a sangre fría, son los que han defendido y han muerto por su patria, pero no utilizando el tiro en la nuca o el secuestro.
J. L. de la G. La diferencia es del péndulo patriótico. A principios de los sesenta cuando empieza ETA, en el año 1962, Manuel Irujo es el primero que advierte al PNV y dice casi literalmente: “ETA es un cáncer que si no lo extirpamos va a degenerar todo el cuerpo político”. En cambio, para Monzón son los hijos de JEL, con la idea de volver a la casa del padre, que es la de Sabino Arana y la del PNV. En todo caso, y a lo sumo, son hijos descarriados pero, que antes o después, volverán a casa. Es como la metáfora del hijo prodigo. Años más tarde, en 1977 en la reunión histórica de Txiberta cuando en el PNV se impone lo tradicional, que es moderación, autonomismo y alianzas con fuerzas no nacionalistas, Monzón propone el frente nacionalista vasco por la independencia y no quiere saber nada con los no nacionalistas. Lo que importa es la independencia a cualquier precio.

FUENTE: EL PAÍS 12 JUNIO 2012


Santiago de Pablo (Tabuenca, Zaragoza, 1959) es desde 2001 Catedrático de Historia Contemporánea en la facultad de Filología y Geografía e Historia de la UPV-EHU. Es autor de numerosos artículos en revistas científicas y de comunicaciones en congresos nacionales e internacionales, así como de varios libros, entre los que se pueden destacar: El péndulo patriótico. Historia del PNV coautor con Ludger Mees. Es también, codirector de la revista de investigación y cultura vasca Sancho el Sabio.










José Luis de la Granja Sainz(Bilbao, 1954) es catedrático de Historia Contemporáneo en la UPV y profesor tutor de la UNED en Bizkaia. Ha sido profesor visitante en las Universidades de Provence (Francia); Reno, Nevada (EE UU) y Alicante. Especialista en la historia de Euskadi en el siglo XX, es autor de numerosas obras, entre las que cabe destacar el libro Nacionalismo y Segunda República en el País Vasco (1986 y 2008). Es coeditor de las obra colectiva Tuñon de Lara y la historiografía española, entre otras.




ADIÓS, HASTA LA ETERNIDAD


Adorada Carmina y querido Guillermo:
Extasiado y sumido en la fragancia más pura de mi amor hacia vosotros, en los últimos días de una vida que fue consagrada a adquirir el vuestro, os dedico estas letras emocionadas, cálidas y tiernas. El destino me separa de vosotros, me elimina de la vida; lo afronto con entereza, porque sé que vuestra vida habrá de ser modelo y ejemplaridad, cúmulo de honradez. No os paréis jamás a culpar a nadie de mi suerte. Tú, Carmina, como esposa y madre, cuida y educa a nuestro hijo, hazlo hombre de provecho. Recibe un beso emocionado de Humberto.

Esta es la última carta que desde la Cárcel de El Coto (Gijón), Humberto Alonso escribió a su mujer, Carmina, y a su hijo, Guillermo, la noche del 28 de mayo de 1938, tan sólo unas horas antes de su ejecución. Tenía 26 años y muchas ganas de vivir. Natural de Soto del Barco y pintor de profesión, como su padre, Humberto procedía de una familia «tranquila, apolítica y de pocas palabras», pero el destino quiso que desde muy joven se viera involucrado en distintos acontecimientos que marcaron un antes y un después en la vida de todos los españoles: la Revolución de 1934 y la Guerra Civil. Humberto pisó la cárcel por primera vez poco antes de nacer Guillermo. Con la victoria del Frente Popular en 1936 fue liberado y pudo, por primera vez, coger a su hijo en brazos. Al estallar la contienda combatió en las filas republicanas. 

Cuando la entrada de las tropas de Franco en Gijón era ya inminente, trató de huir a Francia para reunirse con su familia, que había abandonado Asturias a principios del mes de octubre de 1937. Sin embargo, nunca pudo llegar a su destino. El barco que le conducía a la libertad fue interceptado por un buque italiano y todos los tripulantes hechos prisioneros. Condenado a muerte el 18 de marzo de 1938, desde ese día y hasta su último suspiro escribió varias cartas a sus padres, a sus hermanos, a su mujer y, especialmente, a su hijo, a ese niño del que apenas había podido disfrutar y a quien quiso dejar por escrito todo el amor que no podría darle.

Guillermo Alonso tenía tres años cuando su padre le escribió esas cartas desde su celda de El Coto en los últimos meses de su vida. Sólo pudo leerlas 69 años después. A pesar de que su madre y su tía guardaron las misivas «como oro en paño», éstas se perdieron. Guillermo estuvo buscándolas sin suerte durante mucho tiempo y, de pronto, gracias a una noticia de la prensa local se enteró de que el Museo del Pueblo de Asturias (Gijón) las había casualmente encontrado y rescatado. Allí ha querido que se conserven los originales, para que no vuelvan a extraviarse nunca y para que puedan servir para dar a conocer la historia de su padre y la de todos y todas los que, como él, fueron ejecutados por el régimen franquista. Cuando, por fin, pudo tener las cartas en sus manos, Guillermo copió una a una las palabras de su padre en un cuaderno, para así poder releerlas siempre que quisiera y sentirse, de este modo, más cerca de él. Ha hecho de ellas su credo. Y ha cumplido con su última voluntad: «Cuando seas hombre, acaso te des perfecta cuenta de quién fue tu padre, cómo pensaba y quién lo fusiló […]. Vivid, quereros todos […]. No llevéis el odio como lema, sino la justicia […]. Quereros y amaros hasta el fin de la vida».

La carta que Humberto Alonso escribió a su mujer y a su hijo es sólo una de las miles y miles de misivas que, como última voluntad concedida por las autoridades penitenciarias, los condenados y condenadas a muerte por el Franquismo dedicaron a sus seres queridos en las horas previas a su ejecución. Sin embargo, una vez que los presos y presas eran «bajados a capilla», donde esperaban la llegada del piquete, no siempre pudieron disponer del papel y pluma prometidos. A pesar de tener ese derecho a despedirse de los suyos, se vieron obligados en numerosas ocasiones a ceder ante distintos chantajes para poder escribir a casa, siendo uno de los más habituales tener que confesarse y comulgar antes de morir.

Generalmente, los condenados y condenadas a muerte pasaban sus últimos momentos de vida en compañía de uno o varios religiosos, cuya función principal era asistirles espiritualmente, o dicho de otro modo, «conseguir su conversión para que no murieran en pecado», según afirma en sus memorias el fraile capuchino Gumersindo de Estella, Fusilados en Zaragoza, 1936-1939. Tres años de asistencia espiritual a los reos. Cumplir con los santos sacramentos, de hecho, no sólo fue un requisito para poder escribir, sino también, y sobre todo, una exigencia para asegurar la llegada de las cartas a su destino.

Los prisioneros y prisioneras hicieron todo lo posible para defenderse de estas traiciones y abusos. Frente a las cartas escritas en capilla que fueron cursadas por esta vía oficial, aunque no por ello segura, los reclusos y reclusas idearon numerosas estrategias para enviar sus misivas por otros cauces fuera de la legalidad. Entregadas a compañeros y compañeras de presidio que lograrían con el tiempo pasarlas al otro lado de las rejas o escondidas entre los objetos personales que, tras su ejecución, serían devueltos a sus familias, muchas de las cartas de despedida de los condenados y condenadas a muerte consiguieron escapar de censuras y miradas ajenas.

Clandestina u oficialmente, de forma permitida o saltándose las normas establecidas, los presos y presas de Franco hicieron uso de su derecho a escribir siempre que pudieron y no dejaron escapar esta postrera oportunidad que las cartas les brindaban para despedirse de sus seres queridos, dejando así registrados sobre el papel, a modo de testamento, sus últimos pensamientos, sentimientos y deseos. Concebidas en el momento más solemne de sus vidas, con plena lucidez y consciencia, habiendo asumido ya su trágico final, estas misivas fueron empleadas por los prisioneros y prisioneras para hacer balance de lo vivido, demostrar su inocencia, reclamar justicia y defender, además de confirmar, las ideas por las que perdían su vida.

Sigue leyendo este interesante reportaje en este enlace de EL PAÍS.

Verónica Sierra Blas es profesora de la Universidad de Alcalá y autora del libroPalabras huérfanas (Taurus).

FUENTE: EL PAÍS 12 JUNIO 2012


LOS OSCUROS DINEROS DE LA GUERRA CIVIL


Dinero emitido por el Ayuntamiento de Juneda durante la Guerra Civil Española. / JOAQUÍN BARÓ

Tras dos décadas de investigación, el economista José Ángel Sánchez Asiaín publica una ambiciosa obra sobre la financiación de la sublevación y la contienda civil

La vida del economista José ängel Sánchez Asiaín (Baracaldo, 1929) ha dado algunas vueltas antes de cerrar una puerta que se le entreabrió hace medio siglo, cuando estaba al frente del servicio de estudios del Banco de Bilbao y el director, que había sido consejero del Banco de España durante la guerra, le confió unos documentos. Tras esa puerta, atisbó la normalidad suspendida entre 1936 y 1939 en un medio tan alérgico a la anormalidad como el económico: dos pesetas, dos Bancos de España, dos procesos de inflación y dos maneras antagónicas de entender la sociedad. “Un caso de laboratorio”, afirma.

De cuando en cuando, mientras ascendía en el mundo financiero, Asiaín repasaba los documentos para comprobar que los interrogantes que le suscitaban seguían intactos. Ellos determinaron el discurso con el que ingresó en la Real Academia de la Historia en 1992: La banca española en la Guerra Civil. Los dos años que dedicó a prepararlo resolvieron algunas cuestiones y encadenaron otras. Dos décadas después, ha reunido las respuestas a todas ellas (las finanzas en ambas zonas, el papel de bancos y cajas, la captación de fondos de republicanos y franquistas o las independencias financieras de Cataluña y País Vasco) en un tomo de un millar de páginas, La financiación de la guerra civil española, que acaba de publicar Crítica.

Queda claro en esta obra que en las guerras también se dispara con monedas. No matan, pero hunden. La peseta republicana cayó en picado gracias a una meditada operación de los sublevados, que les permitió hacer circular su propia moneda (mediante el estampillado de billetes republicanos), desmarcarse del sistema monetario cuyo corazón no controlaron hasta 1939 y desmoralizar al enemigo. “Se diseñó con todo detalle una operación reservada, que se puso en marcha a partir de un llamado Fondo de papel moneda puesto en curso por el enemigo, en el que se iba recogiendo toda la moneda republicana que llegaba a manos del Gobierno de Burgos”, escribe Sánchez Asiaín. A través del fondo, la moneda republicana “se convirtió en una contundente arma contra su propio emisor”: se envió a las quintas columnas infiltradas en territorio republicano y se forzó la caída de la cotización internacional con envíos al exterior. En julio de 1937, la peseta republicana valía, en francos, tres veces menos que la emitida por los sublevados.

La guerra monetaria es uno de los aspectos más desconocidos de la contienda que se desarrolla en este libro. El otro es el papel de la banca, que desplegó una flexibilidad pasmosa para adaptarse a la inestabilidad de los tiempos bélicos con la creación de “comandos financieros”, que acompañaban a las tropas en sus avances. “Es paradigmático el caso del Banco Zaragozano, que llegó al extremo de enviar a su presidente a los frentes de batalla, para entrar en las ciudades junto ‘a los mandos militares’ y proceder directamente a la reorganización financiera de las sucursales”, detalla Sánchez Asiaín, que dispuso de un material excepcional para este capítulo: entrevistas grabadas a 150 responsables de sucursales durante la guerra. El economista recurrió, además, a los archivos del BBVA, la entidad que dirigió durante años, el Banco de España, el Ministerio de Economía, la Academia de Ciencias Morales y la Fundación Universitaria Española.

Sánchez Asiaín no proporciona cifras de lo que costó la guerra —está en ello aunque advierte que solo podrá aventurarse en términos comparativos respecto al PIB de 1935— pero sí una conclusión contundente: “La República pagó el coste de la guerra civil con cargo al ahorro del pasado (reservas de oro del Banco de España) y el Gobierno de Burgos lo financió con el ahorro futuro (endeudamiento exterior)”.

Ambos, añade en una entrevista, también contaron con el esfuerzo de las generaciones que vivían aquellos días mediante aportaciones voluntarias (suscripciones) o involuntarias (confiscaciones). Al fin y al cabo, como decía el socialista Indalecio Prieto, “la guerra se gana con dinero, dinero, dinero”.
¿Por eso perdió la República? “No fue por eso, no perdieron por falta de dinero sino porque no supieron gastarlo”. Las reservas de oro del Banco de España fueron la principal fuente republicana —y uno de los mitos más agrandados durante la dictadura—, pero también la requisa de posesiones de partidarios de Franco. Según el primer inventario de bienes incautados almacenados en el castillo de Figueres, adonde se habían ido enviando conforme la República se replegaba, el valor excedía los 4.000 millones de pesetas. Una parte de los bienes que salieron del castillo antes de la llegada de las tropas franquistas, se trasladaron a México en el barco Vita para ayudar al exilio español.

Los sublevados pudieron recurrir a la financiación en el exterior y a una jurisdicción especial —la de responsabilidades políticas— que se prolongó más allá de abril de 1939. Sánchez Asiaín recuerda el caso de Ramón de la Sota, una de las principales fortunas del País Vasco, fiel a la República. A pesar de que falleció en 1938, los expedientes contra él y el resto de la familia siguieron adelante. Fueron sancionados con más de 360 millones de pesetas, “las multas más abultadas que las autoridades franquistas impusieron a los perseguidos en toda España”.

Antes de la guerra, los militares golpistas contaron con generosos apoyos financieros ya conocidos: los dictadores Mussolini y Salazar, los adinerados Juan March y Francisco Cambó, y también la Diputación Foral de Navarra que destinó los impuestos de guerra a combatientes y “otros conceptos como una pensión de 1.840 pesetas para gastos educativos de las hijas de Mola”. Sin la financiación de Navarra, March y Portugal, “la sublevación no hubiera triunfado y se hubiera desmoronado en semanas”, según el autor.

March ofreció al general Mola, destinado en Pamplona, 600 millones de pesetas, que equivalían a los presupuestos de los Ministerios de Guerra y Marina de 1935, según compara el economista vasco. Con el apoyo del empresario balear a los golpistas se hizo verdad el vaticinio del ministro de Hacienda: “O la República le somete a él, o él somete a la República”.

FUENTE: EL PAÍS (TEREIXA CONSTENLA), 12 JUNIO 2012

EL CONTUBERNIO QUE PREPARÓ LA DEMOCRACIA


Fernando Álvarez de Miranda, Joaquín Satrústegui y Jaime Miralles, deportados en Fuerteventura en 1962.

La dictadura los llamó "vendepatrias y traidores", las manifestaciones alentadas por el franquismo pidieron incluso la horca para ellos y un destacado periodista de aquel régimen, Emilio Romero, escribió que Franco "se los comía con patatas". Sufrieron el exilio o el destierro, la pérdida de empleos y hasta el desprecio de sus vecinos al regresar de un congreso europeísta celebrado en 1962 en Múnich (Alemania). La prensa franquista calificó aquel congreso como "contubernio", que según el diccionario de la RAE significa "cohabitación ilícita o alianza o liga vituperable". Desde aquella fecha, los opositores a la dictadura hicieron bromas y chanzas con la palabra y cualquier conspiración contra el franquismo se definía como contubernio.

Viajaron hasta Múnich 118 españoles pertenecientes a todas las fuerzas de la oposición al franquismo que, por primera vez desde la Guerra Civil, escenificaron en la capital bávara la reconciliación nacional, al tiempo que proclamaron su apuesta por la democracia y por Europa. Las primeras elecciones democráticas (1977) tardaron 15 años en llegar, y unos meses más tarde se aprobaba la Constitución.

"Los valores del congreso de Múnich están recogidos en la Constitución de 1978", señaló solemne Fernando Álvarez de Miranda el pasado jueves en Madrid. Este veterano político democristiano, nacido en Santander en 1924 y que fue más tarde presidente del Congreso de los Diputados (1977-1979) y Defensor del Pueblo (1994-1999), ejemplifica la trayectoria de los participantes en aquel IV Congreso del Movimiento Europeo. En unas jornadas en la Casa de América, en Madrid, para celebrar el medio siglo de aquel congreso, celebrado entre el 5 y el 8 de junio de 1962, Álvarez de Miranda resumió así la reacción de la dictadura: "Franco temía que se reconciliaran los dos bandos de la Guerra Civil porque al régimen le interesaba recordar constantemente el conflicto, que no se borrara el enfrentamiento. Por eso el contubernio de Múnich resultó tan peligroso para el franquismo. No íbamos a derrocar a la dictadura, pero sentamos las bases de la democracia y del europeísmo".

La mayoría del centenar largo de dirigentes de la oposición congregados en Múnich procedía del interior de España y militaba en las filas monárquicas, democristianas, liberales, socialistas y nacionalistas del País Vasco y de Cataluña. Los comunistas enviaron observadores a la cita, aunque no participaron directamente en el contubernio. Viajaron en tren, en coche o en avión, salvando dificultades administrativas, y en la capital de Baviera se encontraron con dirigentes del exilio, como el líder del PSOE, Rodolfo Llopis, que habían abandonado España en 1939, al final de la Guerra Civil.

"Claro que hubo recelos entre dirigentes del interior y del exilio, de la derecha y de la izquierda", recuerda Carlos Bru, que fue eurodiputado del PSOE y uno de los impulsores del movimiento europeísta en España. "Pero era natural", agrega, "que los hubiera. Lo importante fue que se superaron buscando el consenso. El camino hacia la democracia y hacia Europa era lo que nos unía a todos".

Las conclusiones de Múnich, avaladas por el conjunto del movimiento europeísta de los países democráticos, subrayaron el reconocimiento de los derechos humanos, las libertades políticas y sindicales y la identidad de las regiones, entre otras cuestiones. El debate entre Monarquía o República fue soslayado, tras duras negociaciones, y se optó por un consenso en clave democrática. 
De este modo, el socialista Llopis confesó al monárquico Joaquín Satrústegui: "Si una futura Monarquía respeta la democracia, el PSOE respetará una Monarquía parlamentaria".

Esta reconciliación entre gentes que habían combatido en la guerra en trincheras distintas, como Satrústegui y Llopis, resultaba muy dañina para el franquismo. "El régimen nos regaló todo tipo de adjetivos ya que el contubernio fue para ellos una conspiración judeo-masónica, comunista y separatista vasca". Desde una silla de ruedas, pero con el entusiasmo intacto, el socialista José Federico de Carvajal, que fue presidente del Senado entre 1982 y 1989, exclama: "Los viejecitos de Múnich, con más de 80 años, estamos dispuestos a volver cuando haga falta".

Ahora no tendría consecuencias, pero en 1962 la policía franquista esperaba en estaciones y aeropuertos a los participantes en el contubernio. Algunos fueron desterrados a las islas Canarias, como Álvarez de Miranda y Satrústegui, que pasaron un año confinados en Fuerteventura. Otros fueron obligados a exiliarse, como el funcionario Carmelo Cembrero, que vivió en Luxemburgo y en Bruselas, y que en una siniestra medida perdió su empleo en el Instituto Nacional de Estadística por "incomparecencia en el trabajo". Sin comentarios.

Represalias profesionales, separaciones familiares, carreras truncadas y persecuciones policiales fueron peajes que tuvieron que pagar los del contubernio. Ahora bien, ninguno se arrepintió de haber puesto una primera piedra en la recuperación de la democracia. Como dice Carvajal, los pocos supervivientes volverían a hacerlo. Carlos Barros de Lis, hijo de Jesús, uno de los promotores de Múnich, define el sentimiento de las siguientes generaciones: "Todos los que asistieron a Múnich fueron allí por ideales. Es la lección que tenemos que aprender para recuperar hoy los ideales".

Bayonetas y papeletas

La repercusión en Europa de la cumbre de la oposición española en Múnich desató las iras del régimen franquista. Prensa, radio, la incipiente televisión y el omnipresente No-Do lanzaron toda su artillería contra los asistentes al “contubernio”. La campaña de desprestigio de aquellos “vendepatrias” que, en algunos casos, habían apoyado la sublevación militar de 1936 y luego se habían distanciado del franquismo, la encabezó el propio Franco.
En septiembre de 1962, en una visita a Palencia, Franco clamó desde el balcón del Ayuntamiento: “Este régimen no lo hemos conquistado con papeletas, sino a punta de bayoneta”. Toda una declaración de principios y un aviso para la oposición. Habría que esperar 15 años, toda una generación, para que llegara la democracia.


FUENTE: EL PAÍS (Miguel Ángel Villena), 10 JUNIO 2012

FERNANDO VII BENDICE LA FUTURA CASA CONSISTORIAL


Habían transcurrido 15 años desde la gran catástrofe y la ciudad, a pesar de las muchas dificultades encontradas a su paso, seguía intentando recuperar el ritmo perdido en 1813.

A la falta de recursos económicos se había añadido el nuevo sitio puesto a San Sebastián el 6 de abril de 1823 por los llamados 'Cien mil hijos de San Luis' que, llamados por Fernando VII y comandados por el duque de Angulema, hubieran producido otro nuevo desastre si los donostiarras no se hubieran rendido el 27 de septiembre siguiente. La capitulación, que evitó mayor dolor al vecindario y permitió la entrada del francés en la ciudad el 3 de octubre, no pudo impedir importantes disturbios entre los miembros absolutistas y constitucionalistas del Ayuntamiento. Los franceses, bien acogidos, permanecieron en San Sebastián hasta la llegada al poder de Fernando VII que ya en 1816 se había declarado, por Real Decreto, pública y oficialmente, protector de San Sebastián al considerar que todos los daños sufridos por los donostiarras se debían a la defensa que habían hecho de su causa. Y tal día como el de hoy, 10 de junio. de 1828, el monarca protagonizó la colocación de la primera piedra de la nueva casa consistorial de San Sebastián. Fernando VII hizo su entrada en la provincia el día 2 de junio, tardando 48 horas en recorrer Tolosa, Irura, Villabona, Andoain, Urnieta y Hernani, poblaciones en las que fue recibido oficialmente. El 4 de junio los donostiarras escucharon las salvas de artillería que les anunciaban la presencia del monarca en el alto de San Bartolomé, acompañado de su tercera esposa María Josefa Amalia de Sajonia.

Saludado por el Ayuntamiento en dicho lugar, llegó hasta la puerta de tierra escoltado por los tercios guipuzcoanos, la Guardia Real y el batallón de Monterrey. Ya en esta fecha se había reconstruido parte de las principales calles y sus correspondientes edificios, siendo en uno de ellos, propiedad de Fausto Corral, ubicado en la Plaza Vieja, Boulevard de nuestros días, donde se alojó el rey. La modesta casa había sido decorada al efecto con aportaciones del vecindario: alfombras, cortinas, sillas, vajillas.

Al día siguiente de su llegada participó Fernando VII en la procesión de Corpus y los siguientes visitó lo destruido y reconstruido, participó en fiestas y rezó en Santa María. Y hoy, 10 de junio, a las seis de la tarde, después de un día de dulzainas, regatas, suelta de gansos, cucañas, bueyes y bailables comenzó el acto oficial de colocar la citada primera piedra. Cubiertas las fachadas de los edificios «con reposteros, colgaduras, rojos damascos y ricas telas de la india y Japón» comenzó la procesión presidida por el obispo de Ciudad Rodrigo coincidente con la salida de la comitiva en la que iban los reyes a pie. Todos acudieron a la plaza de la Constitución donde esperaba la Provincia, la ciudad, el consulado y la junta de Obras.

En la que sería la primera piedra del edifico se introdujeron varias monedas de oro, el acta municipal de la reunión en la que se había aprobado la ceremonia, una guía de forasteros y una octava (poesía) alusiva al acto y en la piedra se grabó la leyenda: «Ferdinandus VII. Rex Ipsemet Posuit Die X Jun. An. MDCCCXXVIII».

FUENTE: DIARIO VASCO (Javier Sada) 11 JUNIO 2012

SE RUEDA "GERNIKA BAJO LAS BOMBAS"


Oiartzun se disfrazó ayer de Gernika y un jueves se convirtió en un lunes de mercado de 1937. Es la magia que tiene el cine, que ha revolucionado estos días a la propia Oiartzun y a la cercana Hernani, localidades donde se rueda la tvmovie 'Gernika bajo las bombas'. El trabajo cinematográfico recuerda el domingo 25 de abril de 1937, día anterior al bombardeo y el lunes 26, en que se produjo el devastador ataque de los aviones de la Legión Cóndor contra la población civil y que destruyó la villa vizcaína.

La producción de Baleuko, Erpin 360º y Vértice Cine constará de dos capítulos de 75 minutos cada uno y está dirigida por el bilbaíno Luis Marías. Se presentará en el Festival de Cine de San Sebastián en la sección Zinemira y luego se estrenará en otoño en Euskal Telebista.


En la tvmovie se narran varias historias que se entrecruzan, algunas de personajes reales e históricos y otras de personajes de ficción. Egoitz Sánchez, Lander Otaola, Sara Casanovas y Marc Clotet son los cuatro principales protagonistas de los personajes de ficción. Roberto Álvarez es el lehendakari Agirre, Antonio Dechent, el general Mola; Pep Tosar, el coronel Vigón y Ramón Barea, el sacerdote fascista Iturriarán. Marc Schardan hace el papel de George Steer, el periodista de The Times de Londres, que entabló una gran amistad con Agirre y a quien el lehendakari pidió que contara en su periódico todo el horror y la verdad de lo ocurrido en Gernika.

En total son 45 los actores que intervienen en esta producción, que cuenta con un equipo técnico formado por 60 personas, a los que se suman 600 figurantes.

«Sí pensamos, al principio, en rodar en Gernika, pero se trata de una población que no tiene nada que ver con la de antes del bombardeo. Los cascos viejos de Oiartzun y Hernani se prestaban mucho mejor para ambientar aquel día de mercado» señalan el director Luis Marías y el director de producción Asier Bilbao.
Los interiores

La escenas interiores se han rodado en el Palacio Miramar (despachos de Von Richtofen y el lehendakari), Palacio de Aiete (hotel de los periodistas) y Villa Soroa (sede del diario The Times en Londres).

En la localidad burgalesa de Castil de Carrias se han trabajado los efectos digitales para simular los aviones de la Legión Cóndor y allí también han desarrollado los efectos físicos reales de las bombas, las ametralladoras, el fuego y los humos. La tvmovie tiene un presupuesto de dos millones de euros y cuenta con la participación de ETB, TV3, TVG y Canal Sur y con el apoyo del ICAA y del Gobierno Vasco.

FUENTE: DIARIO VASCO (Javier Meaurio) 8 JUNIO 2012

HISTORIA Y MITOS DE UNA IDEA


¿Qué término define con mayor exactitud el escenario vasco: Euskadi o Euskal Herria? Aunque escrito con zeta, el primero lo inventó el fundador del PNV, Sabino Arana, si bien ha evolucionado con los años hasta ser aceptado por casi el conjunto de la sociedad. Quizá por ese motivo, el entorno abertzale se desmarcó hace un par de décadas y recuperó, como símbolo diferencial, el segundo, que hasta entonces había tenido un matiz más folclórico que político. Esta es solo una de las paradojas que rodean al soberanismo y sus señas de identidad en Euskadi. Las principales se recogen en el Diccionario ilustrado de símbolos del nacionalismo vasco, que ayer se presentó en el paraninfo de la UPV.

Editada por Tecnos, la obra ha tenido como coordinadores a cuatro expertos de la universidad pública en historia contemporánea y movimientos sociales: Santiago de Pablo, José Luis de la Granja, Ludger Mees y Jesús Casquete. Cuenta, además, con entradas elaboradas por otros ocho expertos. Gernika, Lizarra, el Aberri Eguna, los Fueros, laikurriña, el lauburu, la hoja de roble, el arrano beltza... Así, hasta medio centenar de iconos, entre los que se incluyen personajes, fechas, himnos o lemas. Unos, consolidados e históricos; otros, manipulados; y algunos, hasta “inventados” con el único fin de contribuir a la causa, según los autores.

¿Cuál de todos ellos es el más transversal? “La ikurriña”, coinciden los expertos. Y lo es pese a su historia. Ideada por Sabino Arana y su hermano Luis en 1894, como símbolo para un nacionalismo vasco todavía incipiente, nació con la pretensión de convertirse en bandera de Bizkaia. “De ahí la cruz de San Andrés que simboliza”, explica De la Granja. Con la Guerra Civil, sin embargo, las izquierdas vascas pasaron a aceptarla como enseña institucional para el conjunto de Euskadi. La derecha no lo hizo hasta la Transición. Fue en 1979, con el Estatuto de Gernika, cuando se oficializó. Hoy es uno de los pocos símbolos que comparten las distintas corrientes del nacionalismo y los no nacionalistas, en contraste con lo que ocurre en otras comunidades españolas con una identidad diferenciada, como Galicia o Cataluña.

Aunque los menos y sin la misma relevancia, otros símbolos del nacionalismo son también aceptados y compartidos por el conjunto de la sociedad vasca. Como la figura del primer lehendakari, José Antonio de Aguirre, que es respetada y asumida por los distintos partidos políticos. O el Agur Jaunak, una melodía popular que se ha interpretado, con el paso de los años, de una forma transversal. Bien para saludar o despedir a dictadores como Franco o Hitler, como a dirigentes de la antigua Herri Batasuna o el Partido Comunista. “Ha sido adoptada desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha”, destaca Casquete.
En el escenario opuesto se sitúan figuras controvertidas como las de Sabino Arana, idolatrada en el PNV pero criticada fuera del partido, o personajes vinculados a la izquierda abertzale y ETA, que incluso generan un rechazo generalizado. A medio camino se sitúa la villa de Gernika, aceptada como símbolo de la paz por toda la sociedad vasca, aunque con distintos matices en función de cada corriente ideológica que recurre a ella como icono.

A lo largo de sus casi 900 páginas, la obra refleja un trabajo de seis años de investigación en el que los historiadores han rastreado numerosos documentos. Buena parte de ellos, facilitados por los archivos de la Fundación Sancho el Sabio y la Fundación Sabino Arana.

FUENTE: EL PAÍS (Unai Morán) 7 JUNIO 2012

EL GOBIERNO DE ESPAÑA ENSALZA UN EPISODIO DE LA GUERRA COLONIAL DEL RIF



El Consejo de Ministros concede la más alta condecoración militar a un regimiento que tuvo un comportamiento “heroico” durante el “Desastre de Annual” hace… 91 años

El Gobierno de España ha concedido hoy la más alta recompensa militar al Regimiento de Cazadores de ALca´ntara, 14 de Caballería por su heroico comportamiento durante la batalla de Annual, contra la "insurrección" del Rif, hace… 91 años.

La guerra del Rif fue una guerra colonial, impopular en España porque se cobró 30.000 vidas y porque permitía sortear a los hijos de los ricos hacer la “mili” en Marruecos pagando una cuota al Estado. La batalla de Annual fue el mayor desastre de esa guerra achacable, en buena medida, a los errores cometidos por el general Manuel Fernández Silvestre, que estaba al frente de la Comandancia de Melilla, y que probablemente acabó suicidándose en el campo de batalla. Ante la ofensiva rifeña un buen número de oficiales huyeron abandonando a sus hombres.

El Desastre de Annual, como llaman los historiadores a ese episodio, provocó una crisis política que quebrantó  los cimientos de la monarquía, de corte liberal, de Alfonso XIII. El golpe de Estado de 1923 desembocó en la dictadura de Miguel Primo de Rivera.

Aun así y todo el Ejecutivo presidido por Mariano Rajoy ha considerado que merecía la pena recordar esa guerra y ensalzar unos “hechos heroicos” ocurridos entre el 22 de julio y 9 de agosto de 1921, según reza la reseña del Consejo de Ministros. La “gesta” del regimiento consistió en proteger la retirada de soldados españoles  y “evitó que el número de bajas fuera mayor”.

“Ha llegado el momento de sacrificarse por la Patria cumpliendo la sagrada misión del Arma”, arengó el teniente coronel Fernando Primo de Rivera a sus soldados. El 80% de sus 691 jinetes fallecieron, entre ellos el propio Primo de Rivera que ya recibió la Laureada individual de San Fernando.

Ahora es el conjunto del regimiento al que se le concede la Laureada de San Fernando Colectiva. La anterior, con carácter colectivo, fue otorgada en 1943, “lo que da una idea de la excepcionalidad de su condición”, según recalca la reseña. En la “corbata” del regimiento figurará ahora la inscripción “Annual 1921”.

No deja de ser curioso que el Gobierno conmemore un episodio de la batalla de Annual, pero haya disuadido a los Institutos Cervantes en Marruecos que organicen actos para recordar el centenario del Protectorado español  (1912-1956).

En enero de 2005 el Consejo de Ministros, entonces presidido por José Luis Rodríguez Zapatero, condecoró con la Gran Cruz de Isabel la Católica a los generales marroquíes Hosni Benslimane, comandante en jefe de la Gendarmería, y Haminou Laanigri, exdirector del servicio secreto  (DST) y máximo responsable de la Seguridad Nacional.

La Asociación Marroquí de Derechos Humanos y otras ONG consideran que ambos han cometido numerosos atropellos de los derechos humanos. Benslimane está además reclamado como testigo por la justicia francesa en el marco del secuestro y asesinato, en 1965 en París, de Mehdi Ben Barka, el más célebre opositor el rey Hassan II. Nunca respondió a las convocatorias del juez instructor francés Patrick Ramaël.

La concesión de las condecoraciones a los generales fue, hace siete años, muy bien recibida por las autoridades marroquíes. Es probable que no reserven la misma acogida a la que acaba de ser otorgada al regimiento de Cazadores de Alcántara, 14 de Caballería. Probablemente la interpreten como una provocación.

“Me quedo de piedra”, comentó Bernabé López, uno de los intelectuales españoles que mejor conoce Marruecos. “Era totalmente innecesario hacerlo casi un siglo después”, añade. “Al sur del Estrecho será interpretado como una provocación” del Partido Popular. “No hay que provocar al vecino y menos cuando ha iniciado una etapa política delicada” con la llegada de los islamistas al Gobierno y las tensiones que esto genera en la sociedad marroquí. 

Con el propósito, entre otros, de no suscitar problemas con potencias extranjeras el ministro de Defensa, Pedro Morenés, anunció el martes que renunciaba a desclasificar unos 10.000 documentos de la etapa 1936-1968. Fue Morenés que el propuso al Consejo de Ministros que condecorara al regimiento. Con Marruecos el ministro no ha tomado las mismas precauciones.

FUENTE: EL PAÍS (Ignacio Cembrero, BLOGS INTERNACIONAL), 2 JUNIO 2012