HACER ESPAÑA O DESHACERLA

Los miembros de la comisión constitucional del Congreso aplauden tras finalizar sus trabajos, el 20 de junio de 1978. / EP
Unos apelaron a la Historia de "la nación más vieja de Europa"; otros, como Tierno Galván, a la psicología —"los que más niegan a España son los españoles más característicos"—. Y los que la negaban —o pretendían redefinirla— pidieron hasta el último momento que se reconociese su carácter "plurinacional". Los miembros de la comisión parlamentaria del Congreso que en 1978 pulieron durante dos meses el proyecto constitucional —elaborado previamente por los siete padres de la Constitución— dedicaron buena parte de su tiempo y sus energías a debatir sobre la naturaleza de España. Para dejar sentada su identidad a la vez que la sometían a una completa reorganización territorial.

La discusión del artículo 1.2 (el que atribuye la soberanía al conjunto del pueblo español) ocupó todo un día de debates y sobrevoló otros cuantos, adelantando la controversia aún mayor que se daría con el artículo 2, el que inventó el término "nacionalidades". ERC y Euskadiko-Ezquerra (EE) querían que la Constitución evitara el nombre de España y hablara de "Estado español". Para el PSOE, España era una "nación de naciones", mientras Alianza Popular defendía su "unidad sagrada".

"España ha sido siempre una y varia. Y nuestra obligación es armonizar la unidad y la diversidad", resumió en esos primeros días el ministro de Justicia, Landelino Lavilla (UCD). "Esta Constitución permitirá nuestra definitiva integración", auguró para dar ánimos antes de empezar el presidente de la comisión, Emilio Attard. Santiago Carrillo (PCE) reclamó: "Una Constitución que dure, que no sea fácilmente empujada por cualquier vendaval como lo han sido otras en este país. Aunque no sea perfecta, que nos dé cobijo a todos y sea sólida". Este es un resumen de algunas de las cosas que se dijeron sobre España, su historia, sus esencias y su futuro, durante aquellos debates.

Manuel Fraga (AP): "La Historia no puede, como los ríos, caminar hacia atrás".
"Así como en otros momentos la gran cuestión polémica fue, como en Cádiz, la libertad de expresión; o como en 1869 o 1876, la tolerancia de la libertad religiosa; o en 1931 la forma de Gobierno, en este momento histórico será sobre el acierto o el fracaso en esta materia de la salvaguarda de la unidad nacional y la articulación efectiva de un sistema constructivo de autonomías por donde nos juzgará la historia". "La historia no puede, como los ríos, caminar hacia atrás; hagámosla avanzar hacia un porvenir de grandes empresas comunes, y no hacia la vieja querencia a la desunión y a los reinos de taifas". "Si España no existe, como algunos pretenden, si hay respecto de ella derecho de autodeterminación entendido como de secesión, aquí no hacemos nada. Si estamos aquí es porque queremos hacer una Constitución para España, y por eso sí que yo creo que no podemos pasar, que la hagamos en contra de España". "Esa unidad es sagrada, y ahí sí que no admitiremos trágalas de nadie. [...] Tenemos que hacer España, no deshacerla".

Gregorio Peces-Barba (PSOE): "España es una nación de naciones"
"Damos por sentado que España, como nación, existe antes de la Constitución. [...] Ese hecho no lo negamos. [...] Pero España es una nación de naciones y esto no es nuevo, porque esto es el Reino Unido de Gran Bretaña y del Norte de Irlanda, esto es Bélgica, esto es Checoslovaquia, esto es Yugoslavia y no se puede decir que no sea esta realidad una realidad sin peligro ninguno de separatismos, sin peligro ninguno de ruptura de esa unidad. [...] Naturalmente la nación española hemos dicho que existía este siglo, el siglo pasado, hace tres siglos, hace cuatro, hace cinco... pero esa nación española, ese hecho jurídicamente relevante, ha tenido diversas interpretaciones". "La existencia de España como nación no excluye la existencia de naciones en el interior de España; naciones-comunidades. Pero la existencia de estas naciones-comunidades no debe llevarnos a que cada nación debe ser un Estado independiente".

Miquel Roca (Minoría Catalana):"Punto final a las viejas querellas internas".
"Yo diría que, finalmente, los catalanes hemos roto el dramático cerco de la singularidad. Cualquier proceso constituyente del Estado español ha venido marcado por la reivindicación autonomista que Cataluña protagoniza. [...] Desde mi perspectiva nacionalista no puedo dejar de constatar, no sin emoción, que hoy coincidimos todos en la voluntad de poner fin a un Estado centralista; coincidimos todos en alcanzar, por la vía de la autonomía, un nuevo sentido de la unidad de España; y coincidimos casi todos en dar al reconocimiento de la realidad plurinacional de la nación española el sentido de un punto final a viejas querellas internas".

Xabier Arzalluz (PNV): "Hemos superado el recelo tradicional del mundo vasco".
"Hemos venido superando el recelo con el que tradicionalmente el mundo vasco acudió siempre, en cada proceso constituyente, a Madrid, por el solo hecho de que estaba acostumbrado a hacer sus propias leyes y no entendía que las tuviera que hacer compartiéndolas con las necesidades y los puntos de vista de otros pueblos. [...] No hemos venido aquí a establecer —y que quede esto bien claro— un trampolín o una plataforma de más fácil secesión. Nosotros traemos aquí una misión muy concreta: limitarnos a reclamar una integración".

Jordi Solé Tura (PCE): "Hay que terminar con el eufemismo de Estado español".
"España no es una invención, no es un artificio histórico; es una realidad forjada por la historia, una realidad contradictoria que se ha organizado políticamente mal y que queremos organizar políticamente mejor. [...] Hay que terminar con el eufemismo de designar esto con el nombre de Estado español. España es una realidad multiforme, pero es una realidad".

Gabriel Cisneros (UCD): "Los textos medievales, en todas las lenguas, dicen rex hispania".
"La conciencia de identidad de España como sociedad se remonta a la España premedieval, a la España visigótica. Resulta muy difícil encontrar el texto de una crónica medieval, sea cual sea el reino cristiano en que se produce, sea cual sea la lengua en la que se fija, en que no se recoja la expresión rex hispania. [...] Ahora intentamos definir soberanamente qué tipo de unidad adoptamos, pero no, en ningún caso, inventárnosla".

Heribert Barrera (ERC): "España tiene identidad política, pero no identidad nacional".
"El anteproyecto ignora la verdadera naturaleza del Estado español y persiste en el grave error de no restituir lo esencial de su soberanía a cada una de las naciones que lo integran". "España no es una nación, sino un Estado formado por un conjunto de naciones. [...] España tiene identidad política, pero no tiene identidad nacional. [...] Esto no significa, de ninguna manera, que yo sea separatista, que la mayoría de los catalanes seamos separatistas, que queramos destruir el Estado español. Consolidado por siglos de historia, este Estado es hoy, probablemente, necesario". "En España nada bueno ni nada durable podrá hacerse si los catalanes quedamos resentidos". "¿Cuál es el fondo del problema? El fondo del problema es la soberanía. [...] El planteamiento de un pueblo español soberano que nos concede una autonomía administrativa no puede convencernos. Queremos soberanía nuestra, solo nuestra, aunque sea parcial".

Francisco Letamendia (EE): "Llamo a los socialistas a apoyar la autodeterminación"
"El artículo 2º niega radicalmente el derecho de los pueblos a decidir sobre sí mismos. [...] Desde aquí hago un último llamamiento a las fuerzas de oposición que se llaman socialistas para que apoyen la inclusión de este derecho en la Constitución. Si no sois fieles a vuestra herencia doctrinal política, que os obliga a defender este derecho [de autodeterminación], no podréis lamentaros de la ilegalidad ni de sus efectos, que nadie desea, y menos que nadie los vascos. Si os lamentáis, vuestras lágrimas serán lágrimas de cocodrilo y vuestra condena la de los fariseos".

Hipólito Gómez de las Roces (Partido Aragonés Regionalista): "La Historia más relevante es la que hicimos en común"
"Solo si queremos que España subsista merece la pena seguir aquí. España no debe estar en la discusión. España se da por supuesta, o aquí no estamos haciendo más que perder el tiempo". "Cualesquiera que hayan sido los errores que el centralismo haya cometido no debe hacerse responsable de ellos a regiones que en absoluto fueron favorecidas por dicho centralismo, por lo que no sería tolerable que se vieran omitidas o preteridas a través de un tratamiento desigual [en la Constitución]". "España es una herencia indivisible. Podemos restaurar las regiones sin destruir la nación". "No hay en España otra nacionalidad que la de nación y ninguna otra tiene mil años. Todas las otras nacionalidades, o no nacieron nunca, porque nunca fueron reino, o desembocaron en España hace mucho tiempo. Contra el centralismo estamos todos, pero España y el centralismo no son la misma cosa. Sin embargo, nacionalidad y nación sí lo son. Si nación lo es de presente, la nacionalidad es simplemente lo mismo en potencia. Ningún territorio español carece de historia, pero la más relevante es la que hicieron en común".

Antonio Carro (AP): "¿Vamos a olvidar cinco siglos de la noche a la mañana?"
"España es un Estado nacional desde hace casi cinco siglos. Es el Estado nacional más viejo de Europa. [...] ¿Cómo vamos a pensar que estos cinco siglos puedan ser olvidados de la noche a la mañana? ¿Qué legitimidad tenemos nosotros para derrochar este legado de tantas generaciones de españoles? [...] Yo me siento ligado a mi terruño, que es Galicia; pero no hay más nación que España".

Enrique Tierno Galván (Partido Socialista Popular): "La profunda unidad psicológica de los españoles"
"Hay una enorme unidad psicológica entre todos los españoles. Yo creo que la unidad psicológica de los españoles es la más profunda de Europa. Viendo aquí a los que hablan yo he estado pensando que los que más niegan a España están hablando porque son españoles más profundos y psicológicamente más característicos".


Del 'plan Ibarretxe' al de Artur Mas
V. G. C. / J. M. R.
El pasado 29 de octubre el Congreso de los Diputados vivió un momento insólito: la Cámara, sede de la soberanía, votó una moción presentada por UPyD que venía a reafirmar eso mismo: que la soberanía reside en el pueblo español y su sede es el Congreso. Es decir, recordaba que el artículo 1.2 de la Constitución sigue vigente y que, en consecuencia, el pueblo español es el "único que puede ejercer, por los cauces legalmente establecidos, el 'derecho a decidir' sobre la unidad de la nación y los derechos del conjunto de los ciudadanos".
Esa moción, respaldada por PP, PSOE —este tras dudar durante horas, y con la abstención final de sus diputados catalanes—, UPyD, UPN y Foro Asturias, llegaba tras muchos meses de tensión por el viraje independentista de CiU y del presidente catalán, Artur Mas. En enero, el Parlamento de Cataluña había declarado que el pueblo catalán es un "sujeto político y jurídico soberano", una resolución que el Gobierno ha recurrido ante el Tribunal Constitucional.
El plan Mas tiene un precedente: el plan Ibarretxe que el entonces lehendakari vasco del PNV llevó al Congreso en 2005, donde fue rechazado por el 90% de la Cámara. Aun así, en 2008 Ibarretxe intentó celebrar una consulta sobre el "derecho a decidir"; el Constitucional lo impidió: el único titular del "derecho a decidir", dijo, es el pueblo español.



De la soberanía de Franco a la popular

CONSTITUCIÓN 1978.
Artículo 1.2. "La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado".
Aprobado por el pleno del Congreso el 4 de julio de 1978 con 310 votos a favor, tres en contra (dos diputados de ERC y uno de EE) y 11 abstenciones (PNV, dos diputados de AP, uno de UCD y uno de Minoría Catalana).
Artículo 2. "La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas".
Aprobado por el Congreso el 4 de julio de 1978 con 278 votos a favor, 20 en contra (incluidos los 16 de AP) y 13 abstenciones (PNV).

LEY ORGÁNICA DEL ESTADO de 1966
Artículo Primero. 1. EI Estado español, constituido en Reino, es la Suprema institución de la comunidad nacional. 2. Al Estado incumbe el ejercicio de la soberanía a través de sus órganos adecuados a los fines que ha de cumplir.
Artículo Segundo. 1. La soberanía nacional es una e indivisible sin que sea susceptible de delegación o cesión. 2. El sistema institucional del Estado español responde a los principios de unidad de poder y coordinación de funciones.
Artículo Sexto. El jefe del Estado es el representante Supremo de la Nación; personifica la Soberanía nacional, ejerce el poder supremo político y administrativo; ostenta la Jefatura Nacional del Movimiento y cuida de la más exacta observancia de los principios del mismo y demás Leyes Fundamentales del Reino.

FUENTE: EL PAÍS (Vera Gutierrez Calvo / José Manuel Romero)

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