Siglos de historia. El Centro del Patrimonio Documental de Euskadi, en Bergara, contiene gran parte de nuestra memoria.FELIX MORQUECHO |
En la versión resumida de su acepción más seria, la
genealogía es «el estudio y seguimiento de la ascendencia y descendencia de una
familia». Una de las webs relacionadas con esta disciplina más conocidas y
concurridas la define, por su parte, como «un pasatiempo emocionante disfrutado
por millones de personas en el mundo». 'Estudio' o 'pasatiempo', puede ser
cuestión de matiz, pero también reflejo de dos visiones distintas de una misma,
o parecida, actividad.
Si tradicionalmente la genealogía, que tiene su
correspondiente formación universitaria, estaba reservada a especialistas y
vinculada, además de a la curiosidad histórica, a la necesidad de acreditar la
pertenencia a determinado linaje por razones generalmente prácticas, en la
actualidad se ha convertido en un entretenimiento al alcance de cualquiera.
Borja Aguinagalde, experimentado historiador y archivero,
director de Irargi, el Centro del Patrimonio Documental de Euskadi, dependiente
del Departamento de Cultura del Gobierno Vasco, califica de «furor genealógico»
el interés que en los últimos diez o quince años está despertando la historia
familiar, subrayando, además, que Euskadi es un lugar especialmente idóneo para
dejarse llevar por la curiosidad retrospectiva, puesto que dispone de un
sistema único en Europa de acceso público a los archivos históricos que la
pueden satisfacer.
La 'moda' que, cómo no, nació en Estados Unidos - 'Raíces' y
Kunta Kinte se presentan a menudo como detonantes-, floreció con la eclosión de
las nuevas tecnologías y está alcanzando el grado de pandemia con la etiqueta
2.0 y las redes sociales, plagadas de ciudadanos que buscan sus orígenes, de
aplicaciones supuestamente idóneas para hacerse un árbol genealógico multimedia
en un pispás y de avispados emprendedores que, por procedimientos diversos y no
siempre suficientemente claros, rentabilizan las ganas universales de saber de
dónde venimos y quiénes somos.
La versión colaborativa y cooperativa de la existencia que,
supuestamente, garantiza eso que llaman web 2.0 permite a algunas empresas del
ramo asegurar que «estamos resolviendo el problema de la genealogía invitando
al mundo a construir online el árbol genealógico definitivo». Unas y otras
alardean de disponer de millones de registros en los que, a nada que nos
esmeremos, encontraremos un espacio para injertar nuestra ramita en el
denominado 'árbol genealógico mundial'.
Un paseo por el espacio de la genealogía virtual basta para
descubrir varias redes familiares 'más grandes del mundo', así como para
comprobar con qué ahínco nos solicitan muchas de ellas nuestras direcciones de
correo electrónico y las de esos allegados en compañía de los cuales queremos
llegar hasta los tatarabuelos y más allá. Tampoco faltan, junto con propuestas
serias, ciberespecialistas que con dos datos nos hacen el árbol genealógico
completo y nos dotan del correspondiente escudo heráldico previo pago de su
importe.
En ese universo en constante expansión destaca por su peso y
por un rigor que, pese a algunas reticencias, por lo general no le niegan los
especialistas, la Biblioteca de Historia Familiar de la Iglesia de Jesucristo
de los Santos de los Últimos días, véase mormones. La biblioteca propiamente
dicha está en Salt Lake City (Utah, EEUU) y contiene, entre otros materiales,
millones de microfilmes cuyo número no deja de crecer.
Esta iglesia cuenta
también con una red mundial de más de 4.500 Centros de Historia Familiar (los
hay en Bilbao y en San Sebastián) y con una web (familysearch.org) que,
francamente, justifica una visita, aunque al final resulte que el candidato a
antepasado haya nacido en 'Ceganra, Spain' en lugar de haberlo hecho en Zegama,
hipótesis más verosímil.
Aunque para seguir o intuir las peripecias americanas de
muchos de nuestros antepasados herramientas como Familysearch pueden ser útiles
a la par que entretenidas, bucear en los antecedentes familiares es
especialmente sencillo y fiable en Euskadi. Tanto en su sede de Bergara como a
través de su página web, Irargi, el Centro del Patrimonio Documental de
Euskadi, ofrece a los usuarios acceso a una cantidad ingente de documentación.
A los efectos que nos ocupan, la fuente más relevante y más utilizada son los
Registros Sacramentales de los Archivos Históricos Diocesanos del País Vasco,
accesibles también desde las webs respectivas.
Millones de registros sacramentales (bautismos,
confirmaciones, matrimonios y defunciones) con límite en el año 1900 trazan el
paso por la historia de millones de vascos. Por millones se cuentan igualmente
los euros que, mediante un convenio de colaboración con las diócesis de Bilbao,
San Sebastián y Vitoria, ha destinado el Gobierno Vasco a la indización y
digitalización de los libros sacramentales de los fondos de las parroquias
concentrados en los respectivos Archivos Diocesanos, así como a su difusión por
internet.
El resultado de esa iniciativa conjunta no solo ha sido
ejemplar, sino que ha tenido una gran respuesta por parte del público. En lo
que respecta a Irargi, «las dos terceras partes de nuestros usuarios se
interesan por ese tipo de información», afirma Aguinagalde, certificando que el
perfil más habitual corresponde a «una persona jubilada con tiempo libre» y
que, en la vertiente virtual del servicio, 100.000 usuarios al año y 2 millones
de páginas vistas sorprendieron por su magnitud incluso a los responsables de
recuento de un buscador más que acostumbrado a las grandes cifras.
Se trata, en general, «de gente normal y corriente, pero muy
entusiasta». Aguinagalde reconoce que a esos usuarios «les cuesta aprender a
investigar, pero lo hacen a medida que van buscando». Como en Irargi no andan
muy sobrados de medios «esa parte pedagógica y de orientación es la más
complicada de nuestro trabajo, pero como servicio al público es nuestra
obligación». Tiene en mente «un pequeño tutorial pedagógico» para facilitar y
hacer más productivas las pesquisas. Y todo es posible en la época de cambios y
novedades que se producirán en los próximos meses en la gestión del patrimonio
documental vasco...
Irargi
Sede: Palacio Rekalde. Bergara.
Teléfono: 943 762840
Web: http://www.snae.org
Recursos en línea: Búsqueda de referencias en Badator. Consulta de los Registros Sacramentales de los
Archivos Históricos de las tres diócesis. Búsquedas en el censo de archivos de EASN/SNAE.
Archivo Histórico Diocesano
Sede: Paseo de Hériz, 82. San Sebastián. Atención al público: martes a viernes de 9.30 a 13.00 y lunes de 15.30 a 19.00.
Teléfono: 943 212 000 (es imprescindible concertar citap revia para consultar sus fondos)Web: http://mendezmende.org
Recursos en línea: Búsqueda de Registros Sacramentales Históricos (hasta 1900) de Gipuzkoa.
FUENTE: DIARIO VASCO (Nerea Azurmendi) 4 MARZO 2012