Mariano
Rajoy insiste una y otra vez: “España es la nación más antigua de
Europa”. Pero aunque lo repita mil veces, el presidente del Gobierno no puede
cambiar la historia. La última vez que utilizó su frase fetiche fue el pasado
lunes, después de que el exconsejero catalán Francesc Homs declarase en el
Tribunal Supremo por su participación en la celebración del referéndum independentista en Cataluña, el 9 de
noviembre de 2014. Si Homs resulta condenado será, según dijo el exconseller
“el fin del Estado español”. Pero Rajoy no lo
cree posible: “España goza de muy buena salud, es la nación más antigua de
Europa”. El presidente se equivoca, al menos en su segunda afirmación. Francia
o Inglaterra nacieron antes.
En primer lugar, “Rajoy confunde los conceptos de
nación y Estado y proyecta sus propios deseos en el pasado”, asegura José
Álvarez Junco, catedrático de Historia del Pensamiento de la Universidad
Complutense. Según el historiador, lo que define a una nación es un elemento
subjetivo, “grupos de individuos que creen compartir ciertos rasgos culturales
y viven sobre un territorio al que consideran propio”, mientras que los Estados
modernos son “estructuras político-administrativas que controlan un territorio
y la población que lo habita”.
Teniendo en cuenta
este elemento subjetivo, “si por nación entendemos un ente etéreo que se lleva
en el alma, Rajoy puede decir lo que quiera, puede decir que la nación más
antigua es la que él adora”, explica Álvarez Junco, autor de Mater dolorosa.
La idea de España en el siglo XIX. “En cambio”, continúa, “si por
nación entendemos un Estado-nación, con unas fronteras, que responden a un
nombre y ese nombre es España, España no es la nación más antigua de Europa”.
El
presidente del Gobierno sitúa el nacimiento del Estado español en la época de
los Reyes Católicos, a finales del siglo XV y principios del XVI —“Este país es
una gran nación con más de 500 años de historia”, ha dicho en varias
ocasiones—. Pero el matrimonio de Isabel y Fernando, según coinciden los
historiadores, no logró la unidad de España. “Los Reyes Católicos no fundan
ninguna nación ni tan siquiera un Estado”, asegura el historiador y escritor de
novela histórica José Luis Corral. “Cuando muere Isabel, el 26 de noviembre de
1504, Fernando deja de ser rey de Castilla, ya que solo fue rey de Castilla
como consorte de Isabel”, apunta el autor de El vuelo del Águila. “La
corona de Aragón, la de Castilla, la de Nápoles y Sicilia y el imperio alemán
incorporado con la llegada de Carlos I siguen teniendo sus propias normas y
derechos, su propia fiscalidad y su propia moneda”, continúa Corral. Y aún más,
“hasta el siglo XIX las coronas de Aragón y Castilla tienen monedas
diferentes”.
Tampoco
Álvarez Junco cree que la España de los Reyes Católicos sea un Estado-nación:
“Es una monarquía confederal, compleja, es un conjunto de señoríos”. Una prueba
de ello es el “complejísimo escudo” que tenía. “Una nación se ve representada
por un animal, dos colores, tres colores, en definitiva, un símbolo sencillo”.
Pero el escudo de los Reyes Católicos es “un aglomerado de territorios y
señoríos”.
Pero ni siquiera “estirando mucho el término del
concepto moderno de nación” y aplicándolo a la unión dinástica nacida con el
matrimonio de los Reyes Católicos, España es la nación más antigua de Europa,
señala Ruiz-Domènec, catedrático de Historia Medieval de la Universidad Autónoma
de Barcelona. “El concepto de nación, tal y como hoy en día se configura, se
desarrolló en Francia a finales del siglo XII y principios del siglo XIII”,
explica el experto en historia europea. Y lo mismo ocurre con Inglaterra:
“Adquiere esta connotación nacional a principios del siglo XIII, cuando Eduardo
I configura el Parlamento”.
Incluso “del
reino de Francia, con capital en París, y del Reino de Inglaterra, con capital
en Londres, se habla desde el año 1000”, apunta Álvarez Junco. Es el mismo año
en el que, según José Luis Corral, nace Islandia: “Se constituye como una
nación, con unos hombres libres en la asamblea de Althing”.
¿Y cuando
surge España? “Rajoy no solo confunde los conceptos de Estado y nación sino los
de territorio y nación, por eso, la historia de España podría incluso empezar
con los romanos, dado que la llamaron Hispania, pero eso no significa que
empiece la historia de la nación española”, explica José Enrique Ruiz-Domènec.
Para José Álvarez Junco, “si hablamos de nación
moderna, de un conjunto humano compacto que se declara soberano sobre ese
territorio habría que remontarse a las Cortes de Cádiz”, inauguradas en 1810.
José Luis Corral cree, en cambio, que el “Estado español, tal y como hoy lo
conocemos, nace en 1978. “En 1972, el Sáhara Occidental era tan español como la
provincia de Albacete”.
En cualquier
caso, la afirmación de Rajoy, de que “España es la nación más antigua de Europa”
es falsa. Ni siquiera situando su nacimiento en la unión dinástica de los Reyes
Católicos se alzaría con ese título: Francia e Inglaterra la superan en varios
siglos.
FUENTE: EL PAÍS (Patricia R. Blanco) 5 MARZO 2017