HISTORIA, MEMORIA Y MANIPULACIÓN


Toda la historia está escrita desde el presente, tomando en cuenta el conjunto de conflictos e intereses contrapuestos que se manifiestan en la sociedad desde la que se escribe. La historia es ciencia, pero es una ciencia muy especial. La selección de los hechos sobre los que un historiador pretende investigar y descubrir sus orígenes, evolución, conflictividad, consenso o desencuentro posteriores y sus resultados no es inocente. Tampoco lo son los límites espaciales y temporales que obligatoriamente debe poner a su investigación. Cualquier hecho histórico ocurrido en cualquier lugar está relacionado, tanto en la escala temporal, con hechos que le precedieron y colaboraron o participaron en su ocurrencia, como en la espacial, con acontecimientos que sucedían en su entorno geográfico más o menos próximo. Es imposible investigar a la vez todo sobre un hecho, todo sobre sus antecedentes y todo sobre lo que sucedía en el resto del mundo al mismo tiempo.


La selección de hechos que hace cualquier historiador no es nunca inocente, siempre responde a unos intereses sociales determinados. Por eso la historia, aunque sea con mayúsculas y se llame ciencia, no es neutral, sino que responde a los intereses y al conflicto del presente desde el que se la estudia. En este sentido, Raymond Aron, 1964, comentaba, Cada sociedad tiene su historia y la reescribe a medida que ella misma cambia. El pasado sólo queda fijo definitivamente cuando no hay futuro. Los hechos a estudiar siempre se eligen desde el debate político del presente. Como afirmó Edward Said, 2000, La escritura de la historia es el mejor camino para dar su definición a un país y la identidad de una sociedad es en gran parte función de la interpretación histórica, campo en el que se enfrentan las afirmaciones que se discuten y las contra afirmaciones.

Así comienza el interesante artículo de Luis María MARTÍNEZ GÁRATE en este ENLACE de euskonews (591 zbk., 2011 / 09 / 09-16)