"TODO LO QUE CONTAMOS SE QUEDA PEQUEÑO ANTE EL HORROR QUE FUE"

Benito Zambrano. Director. El director sevillano presentó ayer 'La voz dormida', una película sobre la postguerra desde el punto de vista de los vencidos.

Benito Zambrano triunfó en 1999 con su primera película 'Solas'. Luego presentó 'Habana Blues' en 2005, y han tenido que pasar otros seis años para que terminara 'La voz dormida', basada en el libro de Dulce Chacón que narra la historia de dos hermanas tras la Guerra Civil. Una es comunista, está embarazada de siete meses y condenada a muerte. La pequeña es muy inocente y acaba de llegar de Córdoba a Madrid para intentar sacar a su hermana de la cárcel. Descubrirá el horror de una postguerra donde los vencedores hacen todo lo inimaginable para doblegar a los vencidos.


- ¿Cuándo decidió que 'La voz dormida' podía ser una película?

- García Márquez decía que conocía a muchos escritores de principios de historias. A mí me pasa eso, tengo muchas ideas, pero pocas pueden acabar plasmadas en un guión. Es complicado tener clara la película que puedes hacer. Yo estaba trabajando en el guión de 'Habana Blues' en 2003. Me habían hablado del libro y lo tuve durante meses en la mesita de noche. No quería leerlo porque intuía que ahí había algo y ya estaba casado con otro proyecto, totalmente diferente. Una noche de insomnio lo cogí y no pude parar... Son las historias las que te buscan. Al llegar al final de la segunda parte, cuando Pepita recibe a la niña, se me partió el alma y me vino la revelación. Ya tenía claro que lo quería contar. Luego fue elegir de un libro tan grande qué historias iba a utilizar y realizar cambios para que funcionara dramáticamente. La cárcel de mujeres, todo lo que les pasaba, la represión, la España de los años 40... Todo eso iba a cubrir la historia de las dos hermanas.

- Aunque Dulce Chacón hizo su propia investigación para escribir 'La voz dormida' usted también hizo la suya. ¿Por qué?

- Tenía muy claro que la novela era una guía perfecta, pero necesitaba saber exactamente de qué estábamos hablando. Uno de los elementos clave fue hablar con cinco mujeres que vivieron esa situación: Rosario 'La dinamitera'; Angustias, que ya murió la pobre; Concha Carretero, que tiene una vitalidad tremenda; Ángeles García Madrid, que escribió un libro... También hablé con hombres que habían estado condenados a muerte para entender qué sentían, con gente de Falange... Con gente de ambos bandos. El cine es una gran mentira que tienes que convertir en una gran verdad y para eso es necesario entender sobre lo que hablas.

- Los rojos son muy buenos y guapos y los falangistas muy malos y feos. ¿No tiene miedo de que le acusen de maniqueísmo?

- Es inevitable que en una película con conflicto haya protagonistas y antagonistas. Quería contar la historia desde el punto de vista de los que perdieron la guerra y sufrieron. Enfrente están los que les hicieron daño. También hay quién y cómo se contó la historia desde el año 39 hasta el 77. Ellos tuvieron cuarenta años desde que Mola tomó la radio en Sevilla para dar su visión. Así que todavía estamos en desventaja. Además, el arte no tiene que ser una cosa de equilibrios, eso corresponde al Parlamento, tiene que ser una expresión de alguien sobre lo que creen y lo que luchan. Mi trabajo es contar mi punto de vista. Por otro lado, no sé si a Roman Polanski le preguntaron cuando rodó 'El pianista' por qué no aparecían nazis buenos. Hemos asumido que los nazis eran horrorosos y había pruebas suficientes para demostrarlo. La historia la cuentan los que ganan y aquí fueron los falangistas que pensaban que los demás no eran nada.

- ¿Nos falta todavía madurez para no cuestionar planteamientos como el de esta película?

- El debate surge porque las cosas no están superadas, no están suficientemente contadas, ni debatidas. Nuestra postguerra nos duele mucho porque no está tan lejos. Todavía hay gente que vivió eso. Yo solo puedo decir que ésta es mi propuesta y ésta es mi película. El que quiera que haga su película y su propuesta. Hay quien piensa que se han hecho muchas películas sobre este tema, pero no es cierto. Además todavía hay una inmensidad de cosas que contar porque la República y la Guerra Civil es de lo más importante que ha pasado en la historia de nuestro país en los últimos cien años.

- Ha añadido escenas de tortura a una de las protagonistas que no aparecen en la novela. ¿Por qué?

- Dulce Chacón no quería que la historia fuera muy dura, pero yo, tras la investigación, vi que hay cosas terribles. Por ejemplo había montones de casos de violaciones. Durante la República la mujer intentó igualarse al hombre, pero para los responsables de un golpe de Estado militar, fascista, machista eso era inconcebible. Hubo un doble ensañamiento contra la mujer desde el lado político y humano: podían violarla, golpearla... que no pasaba nada. Todo lo que contamos en la película se queda pequeño ante el horror que fue. La verdad supera millones de veces la ficción. No quería hacer una película de guante blanco, quería que fuera excesiva para que el espectador entrara en el horror.

- ¿Cree que va a ser una película que se va a comprender por el público?

- Yo, cuando hago una película voy a muerte con ella. Más difícil era que 'Solas' se entendiera porque, en principio, quién quiere ver un filme sobre un hombre que se mea en la cama, una mujer de campo analfabeta que llega a la ciudad y su hija semialcoholizada... Decían que no interesaba, pero la gente se conmovió. Cuanto las cosas te tocan es que todavía eres persona. Para eso sirve el arte, para conectarnos con nosotros mismos, con nuestro dolor, nuestra alegría, con el sufrimiento, verdades o defectos. La película que hemos hecho va más allá del contexto histórico, trata del dolor y del amor humanos. Habrá quien solo se quiera quedar en el aspecto histórico... No es mi problema, pero yo no he hecho un documental.

- ¿Se considera un buen director de actores?

- No sé. Será algo intuitivo porque yo estudié tres años de interpretación, pero lo dejé porque era muy malo. Siempre suspendía. Para que los actores estén bien es necesario que haya un buen guión. Dale al actor un personaje con profundidad y matices y tendrás una gran parte. También hay que buscar al actor que entre en ese traje. Hay veces que un error de casting puede cargarse la película. Hay que ir siempre a favor del actor. Todo esto requiere mucho trabajo previo. Yo creo que esos elementos están en 'La voz dormida'.

- Teniendo en cuenta que habrá sectores ideológicos a los que la película no gustará, ¿no cree que es arriesgado presentarse a concurso en la Sección Oficial del Zinemaldia?

- Hacer esta película ya ha sido un gran riesgo. Venir a San Sebastián, a cualquier sección, es un premio. Que sea a la Sección Oficial, pues más premio todavía. Te pueden dar palos por todos los lados porque se mire con otro sentido más crítico que el exclusivamente cinematográfico y es algo que tenemos asumido. Yo no tengo nada que perder, al revés ya lo he ganado todo porque he hecho la película que quería.

FUENTE: DIARIO VASCO (Teresa Flaño), 22 SEPTIEMBRE 2011