MUERE TXILLARDEGI, FUNDADOR DE ETA Y RENOVADOR DE LA CULTURA VASCA



El lingüista, escritor y político Jose Luis Alvarez Enparantza, Txillardegi, falleció ayer a los 84 años. Impulsor del euskera batua, abandonó ETA en 1967 y participó en la creación de Herri Batasuna y Aralar.


La cultura vasca perdió ayer al padre de la narrativa moderna en euskera y una de las personalidades más destacadas de la cultura y la política vasca de la segunda mitad del siglo XX. El lingüista, escritor y político donostiarra José Luis Alvarez Enparantza, Txillardegi (San Sebastián, 1929), falleció ayer a la mañana a los 84 años de edad. Considerado como uno de los teóricos más influyentes del nacionalismo vasco, Txillardegi fue uno de los fundadores de ETA -propuso el nombre de Euskadi ta Askatasuna- y de Herri Batasuna y Aralar. Su fallecimiento causó ayer una honda impresión en la cultura y política vasca, que siempre la ha tenido en cuenta como uno de su referentes. La izquierda abertzale, cuyo dirigente Joseba Alvarez era su hijo, ya ha anunciado que celebrará el próximo día 29 en San Sebastián un «homenaje nacional» en su memoria.

José Luis Alvarez Enparantza fue a lo largo de sus 84 años un renovador del ADN del euskera y la cultura vasca. Prueba de ello es que fue uno de los precursores del euskera batua pese a que tuvo que aprender la lengua vasca por su cuenta -se puso con seriedad a ello hacia 1948- dado que sus padres no lo hablaban. Seis años más tarde empezó a usar el sobrenombre con el que es más conocido, Txillardegi, la denominación de un lugar próximo a su casa natal.
Su obra 'Leturiaren Egunkari Ezkutua' (El diario escondido de Leturia, 1957) se considera la primera novela moderna escrita en euskera, donde aborda el existencialismo y con la que nace la nueva narrativa vasca.
En su faceta política, Txillardegi fue uno de los jóvenes fundadores de Ekin, precursora de lo que luego fue ETA, y del propio grupo armado, en 1958. Las tensiones entre los miembros de Ekin y el PNV se agudizaron en 1958, año en el que Txillardegi, junto con otros miembros de la organización juvenil, se entrevistó con el lehendakari en el exilio José Antonio Agirre. Los desacuerdos llevaron, en diciembre de 1958, a la constitución de una nueva organización que sucedió a Ekin y que fue bautizada como ETA. De hecho, fue el propio Txillardegi el que propuso adoptar el nombre de Euskadi Ta Askatasuna (ETA). La otra denominación que se barajó fue Aberri Ta Askatasuna (Patria y Libertad), que fue finalmente descartado porque sus siglas, ATA, significan 'pato' en euskera.
En 1960, José Luis Alvarez fue detenido por segunda vez y encarcelado durante tres meses en la prisión de Martutene. Tras quedar en libertad huyó a Francia, lo que hizo que fuera el primer miembro de ETA que se fue al exilio. Las autoridades francesas le prohibieron su estancia en el país, por lo que a principios de 1965 se trasladó a Bruselas, donde permaneció residiendo durante cinco años.
Desde la capital belga encabezó una tendencia dentro que se oponía a la tendencia marcada por la Oficina Política de ETA, a la que acusaba de españolista. La facción encabezada por Txillardegi se articuló en torno a la revista Branka publicada en Bruselas.
En abril de 1967, poco después de la celebración de la segunda parte de la V Asamblea, Txillardegi, junto a otros destacados miembros de ETA, enviaron una carta al comité ejecutivo de la organización dándose de baja y denunciando la línea marxista leninista que, en su opinión, estaba siguiendo el grupo que él mismo había fundado.
En 1970 regresó de nuevo al País Vasco francés, aunque las autoridades de París emitieron una orden de expulsión contra Txillardegi y Telesforo Monzón que, finalmente, no fue hecha efectiva.
Precursor de HB
En 1976 fue uno de los promotores de uno nuevo partido, Euskal Sozialista Biltzarrea (ESB) y posteriormente participó en el nacimiento de la coalición de fuerzas abertzales de izquierdas que dio lugar a Herri Batasuna (HB), formación por la que logró acta de senador en 1978 y de cuya mesa nacional formó parte.
Txillardegi volvió a marcar distancias con ETA y la izquierda abertzale después de que la banda terrorista rompiera la tregua que había anunciado en septiembre de 1998 y que mantuvo durante todo el año siguiente. Esas diferencias las plasmó en un artículo en el que, refiriéndose a ETA, señalaba que «una cosa es ir por delante del pueblo. Y otra muy distinta ir por libre. Y suponer, contra la evidencia y el sentido común, que el admirable, abnegado y respetabilísimo movimiento «ya nos seguirá» es absurdo». Txillardegi acusaba a ETA y a un sector más amplio de la izquierda abertzale de estar «haciendo tragar decrépitas estrellas rojas de cinco puntas a troche y moche». A esta imputación, añadía la de prescindir de PNV, EA e IU, no tener en consideración a nacionalistas gallegos y catalanes, convocar huelgas sin el apoyo explícito y claro de los sindicatos abertzales, la quema de cajeros automáticos «porque sí». «Suponer -añadía- que eso no parezca un hara-kiri político puro y simple, exige de todos nosotros una fe que, sinceramente, muchos ya no tenemos».
El padre de las siglas ETA defendía que la dirección política «del movimiento nacional» debía corresponder a Lizarra-Garazi. «No tiene ningún sentido que las decisiones políticas fundamentales sigan siendo tomadas de otra manera. Creo que estoy hablando con claridad suficiente», añadía en una directa alusión a la organización terrorista a la que además dedicaba otra frase no menos contundente: «Aunque algunos (no tantos además, si somos sinceros) van a tener que pasar a un papel histórico menos determinante, nuestro pueblo saldrá ganando. La retirada de un buen montón de líderes políticos abertzales a su vida personal no será un mal preámbulo».
Mientras seguía con su trabajo como lingüista, publicando obras sobre la fonética o los acentos vascos, ensayos y novelas, en su paralela actividad política las diferencias con ETA y HB en aquel momento se manifestaron con su adhesión al partido Aralar, formado como una escisión de Herri Batasuna. Sin embargo, en 2007 decidió abandonar el partido en desacuerdo con la participación en un homenaje a las víctimas de ETA organizado por el Gobierno Vasco y por presentarse a las elecciones municipales en coalición con Ezker Batua (EB). Tras esto, volvió a acercarse a la izquierda abertzale tradicional y en 2008 fue candidato al Senado por ANV.
FUENTE: DIARIO VASCO (J. ARTOLA), 15 ENERO 2012
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