!VIVA EL ESTATUTO! (Francisco J. Llera Ramo)

El 25 de Octubre de 1979 la mayoría de la sociedad vasca y de sus fuerzas políticas democráticas refrendamos el Estatuto de Guernica, con el que se materializaba la restauración constitucional de nuestro autogobierno. Era la primera vez en la historia que las tres provincias vascas gozaban del reconocimiento institucional de un estatus político unitario de autogobierno. Así lo entendieron casi todas las fuerzas políticas vascas que tejieron el consenso en torno al Estatuto (PNV, PSE, UCD, EE, PCE, ANV y ESEI), con las únicas excepciones de AP, por un lado, y ETAm y HB, por el otro. Y así lo entendió, también, la sociedad vasca que acudió mayoritariamente a las urnas para refrendar el acuerdo de sus representantes políticos. En efecto, votamos algo más de 921.000 electores (un 58,9 %) del poco más de millón y medio censados de entonces, en un referéndum sobre cuyo resultado ratificatorio había muy pocas dudas. El sí obtuvo el respaldo de casi 832.000 papeletas (el 91,3% de los votos válidos y el 53,1 % del censo) frente a las algo más de 47.000 del no (un 5,2 % y un 3%, respectivamente) y las poco más de 40.000 blancas y nulas. El contexto era de ilusión y celebración plural y unitaria, pero también de acoso por parte de quienes no creían en las urnas, ni aceptaban el pluralismo. Durante ese año las distintas organizaciones del complejo ETA perpetraron 234 acciones violentas, asesinaron a 78 personas, secuestraron a otras 13, al tiempo que la violencia de respuesta de los grupos de extrema derecha causaban otros 22 asesinatos y se convocaban 2 huelgas generales en el País Vasco. La sociedad vasca cerraba así la transición en la creencia de que el autogobierno estatutario, su consenso y su pluralismo eran el mejor antídoto para acabar con el vestigio más dramático del franquismo. Lo que ha venido después es bien sabido.

Han tenido que pasar 32 años para que la sociedad vasca pueda celebrar, institucional y socialmente, ese día, sin duda, histórico ya. Vamos a celebrarlo, además, sin que la presión violenta y el terror sean dueños de nuestras calles y ensombrezcan nuestros ánimos. Y lo vamos a hacer, a pesar del sectarismo y la mezquindad de aquellos que el día 22 de abril de 2010 se negaron, una vez más, a celebrar y declarar festiva esta fecha fundacional de lo que nos une. Paradójicamente, habiendo sido la primera comunidad que recuperaba y ponía en marcha su autogobierno consensuado, éramos la única que no teníamos un día para celebrarnos todos juntos, dando cuenta de las limitaciones que el síndrome identitario vasco imponía a la expresión plena de nuestro pluralismo. Sin embargo, la minoría excluyente no ha podido imponerse en estos años al sentimiento mayoritario de una identidad, a la vez, plural y abierta, pero orgullosa y amante de sus tradiciones y rasgos diferenciales. El Estatuto se ha constituido, por derecho propio y por su voluntad fundacional, en el mejor marco de convivencia posible para la sociedad vasca, además de un factor de desarrollo económico, cohesión social y modernización. 

Así, lo atestigua el hecho de que, aún hoy y según la última oleada de nuestro Euskobarómetro, tres de cada cuatro ciudadanos y ciudadanas se muestran satisfechos con él (frente al 19 % de insatisfechos), manteniendo el mismo respaldo de hace tres décadas de repetirse hoy aquel referéndum. Todos los electorados, con mayor o menor intensidad, lo siguen respaldando y tan solo el electorado de Bildu se muestra más dividido entre el sí (33 %) y el no (46 %). Sabemos que hay una minoría nacionalista importante que aspira, legítimamente, a la independencia (en torno a una cuarta parte) y que a una parte del nacionalismo le gustaría superar el actual autogobierno en clave soberanista, como ya lo intentara con el llamado plan Ibarretxe, aún a costa de romper la unidad y el consenso democráticos. Sin embargo, la mayoría plural de la sociedad vasca no está por tales aventuras a cualquier precio, apostando por un autogobierno ampliable en clave federal (65 %). Así, es como el 25 % (incluido el 20 % del electorado del PNV) no cree que haya que tocar el Estatuto, otro 24 % (incluido el 38 % del PNV) se conformaría con completar las transferencias pendientes) y otro 22% querría una ampliación del autogobierno con un horizonte federal (incluidos el 23% del PNV, el 21% de Bildu o el 31% de Aralar), frente a una minoría explícita del 17% que apuesta por el soberanismo (el 58% de Bildu, el 34% de Aralar y el 10% del PNV).

Han sido 32 años en un estado permanente de excepción, cuyo final empezamos a vislumbrar. El Estatuto, como una pieza clave de nuestra democracia, también ha sido un factor que nos ha ayudado a la victoria sobre la intolerancia y el totalitarismo violentos. Convirtamos el día del Estatuto en la fiesta unitaria y cívica por excelencia y hagámoslo recordando a tantos y tantos que hoy no lo pueden celebrar con nosotros y cuyo sacrificio impagable exige, cuando menos, reconocimiento, gratitud y justicia. Por todos ellos, por la sociedad vasca plural, ¡viva el Estatuto!


* Francisco J. Llera es catedrático de Ciencia Política de la Universidad del País Vasco, director del Euskobarómetro y autor de 'Los vascos y la política'

FUENTE: DIARIO VASCO 25 OCTUBRE 2011