FERNANDO VII BENDICE LA FUTURA CASA CONSISTORIAL


Habían transcurrido 15 años desde la gran catástrofe y la ciudad, a pesar de las muchas dificultades encontradas a su paso, seguía intentando recuperar el ritmo perdido en 1813.

A la falta de recursos económicos se había añadido el nuevo sitio puesto a San Sebastián el 6 de abril de 1823 por los llamados 'Cien mil hijos de San Luis' que, llamados por Fernando VII y comandados por el duque de Angulema, hubieran producido otro nuevo desastre si los donostiarras no se hubieran rendido el 27 de septiembre siguiente. La capitulación, que evitó mayor dolor al vecindario y permitió la entrada del francés en la ciudad el 3 de octubre, no pudo impedir importantes disturbios entre los miembros absolutistas y constitucionalistas del Ayuntamiento. Los franceses, bien acogidos, permanecieron en San Sebastián hasta la llegada al poder de Fernando VII que ya en 1816 se había declarado, por Real Decreto, pública y oficialmente, protector de San Sebastián al considerar que todos los daños sufridos por los donostiarras se debían a la defensa que habían hecho de su causa. Y tal día como el de hoy, 10 de junio. de 1828, el monarca protagonizó la colocación de la primera piedra de la nueva casa consistorial de San Sebastián. Fernando VII hizo su entrada en la provincia el día 2 de junio, tardando 48 horas en recorrer Tolosa, Irura, Villabona, Andoain, Urnieta y Hernani, poblaciones en las que fue recibido oficialmente. El 4 de junio los donostiarras escucharon las salvas de artillería que les anunciaban la presencia del monarca en el alto de San Bartolomé, acompañado de su tercera esposa María Josefa Amalia de Sajonia.

Saludado por el Ayuntamiento en dicho lugar, llegó hasta la puerta de tierra escoltado por los tercios guipuzcoanos, la Guardia Real y el batallón de Monterrey. Ya en esta fecha se había reconstruido parte de las principales calles y sus correspondientes edificios, siendo en uno de ellos, propiedad de Fausto Corral, ubicado en la Plaza Vieja, Boulevard de nuestros días, donde se alojó el rey. La modesta casa había sido decorada al efecto con aportaciones del vecindario: alfombras, cortinas, sillas, vajillas.

Al día siguiente de su llegada participó Fernando VII en la procesión de Corpus y los siguientes visitó lo destruido y reconstruido, participó en fiestas y rezó en Santa María. Y hoy, 10 de junio, a las seis de la tarde, después de un día de dulzainas, regatas, suelta de gansos, cucañas, bueyes y bailables comenzó el acto oficial de colocar la citada primera piedra. Cubiertas las fachadas de los edificios «con reposteros, colgaduras, rojos damascos y ricas telas de la india y Japón» comenzó la procesión presidida por el obispo de Ciudad Rodrigo coincidente con la salida de la comitiva en la que iban los reyes a pie. Todos acudieron a la plaza de la Constitución donde esperaba la Provincia, la ciudad, el consulado y la junta de Obras.

En la que sería la primera piedra del edifico se introdujeron varias monedas de oro, el acta municipal de la reunión en la que se había aprobado la ceremonia, una guía de forasteros y una octava (poesía) alusiva al acto y en la piedra se grabó la leyenda: «Ferdinandus VII. Rex Ipsemet Posuit Die X Jun. An. MDCCCXXVIII».

FUENTE: DIARIO VASCO (Javier Sada) 11 JUNIO 2012