LA LEY DE 25 DE OCTUBRE DE 1839: EXPRESIÓN DE LA "EXISTENCIA POLÍTICA" Y DE LA NACIONALIDAD VASCA (Joseba Agirreazkuenaga)


EN la historia contemporánea vasca subyacen percepciones contradictorias sobre la ley del 25 de octubre de 1839, aprobada por las Cortes españolas. El marqués de Viluma ya expuso en su tramitación que "encierra dos disposiciones contradictorias e incompatibles", en referencia al propósito de conciliación de la Constitución Foral y la Constitución española de 1837. Pero, ¿por qué y para qué la ley?

La iniciativa legal partió del Gobierno español a los 10 días del convenio de Bergara, y en el preámbulo manifestaba que con ello se proponía "influir en la pacificación general" en el curso de la Guerra Civil. Artículo 1: "Se confirman los fueros de las provincias Vascongadas y de Navarra". El segundo: Se modificarán los fueros lo indispensable. La necesidad de una cohabitación de Fueros y Constitución en el marco liberal se debatió en el Parlamento de Westminster en 1837: el primer ministro británico Palmerston lo apoyó y Lord Hay intervino en el desenlace de Bergara.

SUPRESIÓN Y RESTABLECIMIENTO 
La Constitución de 1837 había ignorado el sistema foral. Pero, dada la singularidad que en el marco de la Monarquía representaba su institucionalización política, las Cortes aprobaron una ley de supresión de las instituciones forales (16-IX-1837.) Se instauraron las diputaciones provinciales previstas en la Constitución. 
Dos años mas tarde, la nueva ley (25-X-1839) y el decreto (16-XI-1839) restablecieron las Juntas Generales con un mandato: los fueros debían adaptarse al marco constitucional, y no a los principios de la Monarquía absoluta.

Con frecuencia se ignora que la Monarquía absoluta de Fernando VII creó una comisión para modificar los fueros en 1815 que emitió su dictamen en 1819 (Informe sobre los abusos de la Real Hacienda…), proponiendo unas medidas muy concretas que laminaban el poder foral. Los acuerdos en Conferencias de las diputaciones del período 1814-1820 dan testimonio de la resistencia al uniformismo absolutista. Sin embargo, el nuevo gobierno liberal aplicó (19-VIII-1820) las medidas del citado informe (traslado de aduanas, impuestos, etc.) y en adelante se adoptó el siguiente principio: "Que toda excepción que aventajase a una Provincia sobre las demás la constituiría a manera de una república apartada y sobre sí". Las instituciones forales incomodaban a los absolutistas y a los liberales, aunque en 1823, cuando los absolutistas volvieron al poder por vía militar con el apoyo de las monarquías absolutas europeas, se restablecieron las instituciones forales.

RESISTENCIA Y MANIFESTACIONES 
La ley de 1839 fue aprobada con resistencia parlamentaria. Se hicieron enmiendas al proyecto confirmatorio del Gobierno. Unos circunscribían los fueros a la esfera económico-administrativo-municipal. Otros, además, les atribuían un poder político. Y como no quedaba claro el resultado, se orquestaron diferentes manifiestos. El Ayuntamiento de Bilbao impulsó uno firmado por cerca de 900 vecinos para reclamar la confirmación de los fueros. Bilbao era un mito y símbolo liberal, porque había resistido los sitios carlistas. Por otro lado, los liberales vascos residentes en Madrid declararon: "Los fueros han creado esa nacionalidad navarra y vizcaína que llevamos en el corazón". La aprobación de la ley fue festejada en Bilbao y Vitoria. Más adelante, las Juntas Generales de Bizkaia y Gipuzkoa interpretaron que la ley era un acta adicional de la Constitución.

La nueva ley de 1839 confirmó que las provincias forales fueran una excepción en lo relativo a su institucionalización política. No solamente en razón a su pasado foral, sino también a un nuevo concepto que emergía en el discurso político liberal: la nacionalidad. Los dirigentes de las Juntas Generales se propusieron garantizar la "existencia política" (P. Gorosabel). La pervivencia de la "Constitución foral" y su adaptación era el instrumento legal. La Diputación General de Bizkaia, en plena guerra civil, asediada por los carlistas, solicitó el 24-5-1836 a la regente María Cristina la conservación de las instituciones forales y apelaba al ejemplo de las nacionalidades del Reino Unido, que conviven en una monarquía unida. Por ello, denunciaron que la Constitución de Cádiz "despojaba a los Vascongados de su nacionalidad y leyes fundamentales y disminuía sus goces sociales".

C. Loizaga, consultor de las JJ.GG., escribió que la ley de 1839 ofrecía una respuesta al pensamiento que en 1812 y 1820 acordaron las JJ.GG. de Bizkaia y preguntaba: "¿Y será justo que un gobierno liberal, contra el sentimiento y voluntad expresa de este pueblo, le arrebate su sagrado Código?". Por lo tanto, había que aprovechar la oportunidad y presentó a las JJ.GG. de Bizkaia un proyecto articulado para conservar "la parte esencial de sus Fueros". Distinguía dos esferas: la gestión del "gobierno interior," dependiente de las Juntas Generales, y el resto de conformidad a la Constitución.

En el proceso negociador de reforma foral previsto en la ley se intentó un frente común. Mientras los representantes de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa defendían la conservación íntegra de los fueros, Navarra negoció por su lado una reforma y logró el reconocimiento de su deuda pública. Después, el Gobierno central tomó la iniciativa y el 5 de enero de 1841 eliminó por decreto el "pase foral", es decir, el derecho de veto que disfrutaban las Juntas Generales para organizar su gobierno interior y trasladó las aduanas, la justicia, etc. En las JJ.GG. de 1850, los liberales declaraban: "Las Provincias Vascongadas se encuentran hoy en una de aquellas situaciones graves y solemnes que deciden para mucho tiempo en la vida de un pueblo, conservando o destruyendo su nacionalidad", y V. L. Gaminde, líder de los liberales progresistas, publicó en 1852: "No estará de más detenernos en lo textual de la ley y en la nacionalidad bascongada que tenemos anunciada (…) la confirmación de los Fueros según la ley de 25 de Octubre, equivale a proclamar que las Provincias Bascongadas son por pacto de anexión aliadas de España, en todo lo que sea volar al socorro mutuo, mas fuera de los casos dados de peligro, estados independientes como de hecho y por conveniencia lo son".

El ministro de Gobernación, J. Posada Herrera, prohibió en 1859 las reuniones en Conferencias de las Diputaciones sin permiso de los gobernadores civiles "porque suponer que las Diputaciones forales de las Provincias Vascongadas, pueden reunirse cuando, como y donde les parezca (…) sería sostener el principio absurdo (…) que puede haber un Estado dentro de otro Estado".

Por lo tanto, parece que la ley inauguró un nuevo discurso político y jurídico que contribuyó a consolidar un poder político vasco incluso con nuevas competencias (1853).

CARLISTAS EN CONTRA 
Sin embargo, también había carlistas que tenían una valoración negativa de la ley: el convenio de Bergara fue la traición y la ley, un engaño. A. Artiñano (Jaungoicoa eta Foruac, 1869) formuló el argumento: se oponía a la ley porque "la reforma se haría por el Gobierno y se aprobaría por las Cortes, o lo que es lo mismo, quedaba a merced y voluntad de nuestros enemigos. (…) Vizcaya como Estado independiente puede usar de su soberanía dentro de su derecho, por nadie negado". Por lo tanto, Bizkaia debía elegir un nuevo Señor que no podía ser otro que el pretendiente Carlos VII . Sabino Arana tomó la interpretación de Artiñano y en Bizkaitarra (1894-I-31) publicó: "En el año 1839 cayó Bizkaia, definitivamente, bajo el poder de España. Bizkaia, de nación independiente que era, con poder y derechos propios, pasó a ser en esa fecha una provincia española".

En conclusión, se restablecieron las Juntas Generales, exponente y garante de la "existencia política" y de la "voluntad general" de su ámbito a favor del autogobierno. Los liberales vascos interpretaron la institucionalización foral como expresión de la nacionalidad vasca, al tiempo que denunciaban la eliminación de competencias forales, aplicadas sin la aprobación de las Juntas Generales, y proponían el proyecto de "Constitución Vascongada".

FUENTE: DEIA (Joseba Agirreazkuenaga) 23 OCTUBRE 2012