La Guerra de Sucesión Española (1701-1713/15) fue una un conflicto
bélico internacional, más que una guerra propia de Las Españas. Carlos II
(1661-1700), el último Habsburgo hispánico, murió sin descendencia alguna,
hecho que convirtió el aún poderoso Imperio Hispánico en un botín de gran deseo
para la mayoría de monarquías europeas.
Los catalanes y la Guerra de Sucesión Española Este deseo de
reparto del Imperio llevó a las principales potencias: Francia, Gran Bretaña y
Sacro Imperio a acordar en el año 1696 y de acuerdo con Carlos II la sucesión a
favor de un príncipe de segundo orden, José Fernando de Baviera (1692-1699),
para así mantener un equilibrio de fuerzas en el tablero europeo.
Este pacto quebró en 1699, por la defunción prematura del
príncipe bávaro, hecho que sacó a la luz los deseos del Sacro Imperio y franceses
para hacerse con el control de la Monarquía Hispánica y los desazones de una Gran Bretaña
que había visto derrumbado sus deseos de equilibrio, configurándose así el
cúmulo de deseos y ambiciones que constituyen el preludio de la inminente
guerra.
Abierto el conflicto sucesorio, Luis XIV (1638-1715)
presentó un candidato a la sucesión hispánica, Felipe de Borbón (1683-1746), su
nieto, también sobrino del propio Carlos II, que sería designado como sucesor
por el monarca hispánico en su nuevo testamento de 3 de octubre de 1700. Por su
parte, el Sacro Imperio de Leopoldo I (1640-1705) presentó como candidato a la
sucesión el archiduque Carlos de Habsburgo (1685-1749) que no recibió el amparo
de Carlos II.
Carlos II murió el día 1 de noviembre de 1700 y su heredero,
Felipe de Borbón, puso rumbo a las Españas, llegando en 1701 y siendo proclamado
rey de Castilla como Felipe V, hecho que fue aceptado por todas las monarquías
europeas exceptuando el Sacro Imperio, que se guardaba sus reservas con
respecto el nuevo monarca.
Cabe recordar que Felipe V era nieto de Luis XIV de Francia
y éste con su nieto formaron un eje hispano-francés por el que la Monarquía Hispánica
concedió importantes privilegios comerciales
a Francia en la América Española y el monopolio sobre la importación de
esclavos, formándose así un entendimiento hispano-francés, que incomodó a varias
potencias europeas.
Este eje, junto con las pretensiones imperialistas de Luis
XIV, desazonaron a Gran Bretaña, Portugal, Sacro Imperio y Provincias Unidas,
que formaron una coalición contra los borbones conocida como la Gran Alianza de
la Haya (1701), pero los hechos se precipitaron cuando el emperador Leopoldo I
de Habsburgo reclamó los derechos de su casa real sobre la Corona Hispánica
declarando la guerra a los borbones en mayo de 1702.
Los catalanes y la Guerra de Sucesión Española
El día 12 del mismo mes y año, Felipe IV (V de Castilla),
convocó cortes en Cataluña cuando hacía
más de 70 años que no se había producido tal convocatoria y ésta era un buen
presagio para los catalanes respecto al reinado del nuevo monarca.
En estas Cortes de Barcelona de 1701 se aprobaron medidas
muy favorables para el Principado catalán y, en especial, para la burguesía mercantil
y por esto los catalanes correspondieron al rey con un generoso donativo, de
manera que el reinado de Felipe de Borbón no podía empezar de mejor manera en
lo que a los intereses de los catalanes se refiere.
Internacionalmente, la guerra había empezado y en Cataluña,
resto de la Corona de Aragón y Castilla se formaron los primeros pequeños núcleos
austriacistas y en setiembre de 1703, el archiduque Carlos de Habsburgo fue
declarado sucesor de Carlos II y en marzo de 1704 los aliados desembarcaron en
Lisboa ocupando, poco después, Gibraltar, empezando así las hostilidades en
territorio peninsular.
En Cataluña, los ánimos se empezaron a caldear, debido a
unas primeras promesas de los aliados a la burguesía mercantil y al grupo de los
vigatans, que se mostraron a favor de la candidatura del archiduque.
En este punto, cabe destacar que el respeto a las leyes y
constituciones no era un hecho decisivo en el conflicto y, en cambio, si lo fue
la francofobia extendida por el Principado, como también la opción austriacista
de los eclesiásticos, configurándose así el apoyo mayoritario a Carlos y la
traición a Felipe.
Por otra parte, es importante destacar que la sociedad
catalana no estuvo unida contra Felipe V, pues la sociedad catalana vivió enfrentamientos
internos, ya que también hubo partidarios fieles a Felipe V.
El rey rival Carlos III desembarcó en el Principado y nada
más llegar empezó a engordar sus partidarios con títulos nobiliarios y en las Cortes
de 1705-1706 confirmó todas las concesiones que había hecho Felipe V y añadió
de nuevas que reforzaban el pactismo catalán y los intereses burgueses.
De esta manera, los catalanes se posicionaban claramente en
la guerra y lo hacían decididamente en el bando de Carlos III. Era 1711 cuando
la guerra vivió un giro importante con la muerte del emperador José I
(1678-1711), traspaso que convirtió el archiduque en el nuevo emperador Carlos
VI del Sacro Imperio y las potencias aliadas vieron con mucho más recelo un
posible eje hispano-austriaco y con los tratados de Utrecht (1713) y Rastatt
(1714) se puso fin al conflicto internacional y Felipe fue reconocido rey de
España y de las Indias, previa renuncia del rey español al trono francés.
Esta situación tubo como consecuencia que los catalanes se convirtieran
en los grandes olvidados, ya que fueron
olvidados por los aliados y por el propio archiduque Carlos, que dejó a su
mujer, Isabel Cristina de Brunswick (1691-1750), en Barcelona hasta 1713 en lo
que constituyó un simulacro de continuidad de su olvidado reinado.
Esta deriva de 1711 es, por si misma, una evidencia de que
los catalanes fueron usados como peones de los intereses aliados en la Guerra
de Sucesión, puesto que cuando interesó dotar al archiduque de apoyos
peninsulares se ofreció a los catalanes unas jugosas recompensas, pero con el
giro de los acontecimientos éstos fueron abandonados y traicionados, dejándolos
solos delante de un Felipe V muy resentido por la traición a su persona de los
catalanes en las cortes de 1704-1705.
Autor: Gerard Caballé Setó para revistadehistoria.es desde http://www.gerardcaballe.com/2016/06/09/los-catala...
Bibliografia
CANAL, J. (2015). Historia
Mínima de Cataluña . Madrid: Turner Publicaciones.
FERNÁNDEZ DÍAZ, R. (2014). Cataluña y el Absolutismo
Borbónico: Historia y Política. Barcelona : Editorial Crítica.
KAMEN, H. (1974). La
Guerra de Sucesión en España (1700-1715) . Barcelona: Grijalbo.