El historiador donostiarra Juan Pablo Fusi (1945) inaugura
hoy el curso '1813. El final de la Guerra de la Independencia en el País Vasco'
con la conferencia 'Las Guerras Napoleónicas', en la que hablará principalmente
del «contexto general europeo» en este crucial periódo histórico. Fusi
considera que «hay una escasa percepción» de la magnitud que tuvieron las
guerras napoleónicas, «que dejaron alrededor de cuatro millones de muertos,
entre civiles y militares, y desestructuraron completamente Europa».
Este curso, integrado en el ciclo de Historia y Cultura de
los Cursos de Verano de la UPV-EHU, cuenta con la colaboración del Ayuntamiento
de San Sebastián-Bicentenario 1813-2013 y el Ministerio de Defensa. A lo largo
de tres días -se clausura el viernes con una intervención del historiador
Miguel Artola Gallego-, se ofrecerán diez conferencias y dos mesas redondas en
el Palacio Miramar, en las que se estudiará, analizará y reflexionará desde
todos los puntos de vista (social, institucional, militar...) los aspectos más
relevantes de la Guerra de la Independencia, las consecuencias que dicho
conflicto tuvo en el devenir del País Vasco, de España y Europa, así como las
repercusiones de la guerra en una ciudad fortificada como era Donostia y su
posterior evolución urbanística, económica y social.
Fusi afirma que el origen de las guerras napoleónicas es
doble. «Por un lado se da la acción de las potencias internacionales desde 1792
contra la revolución francesa, y por otro, es el propio expansionismo
revolucionario francés que extiende la guerra y la revolución por distintas
partes de Europa. Napoleón ambiciona crear una Europa francesa».
Cambia la cultura militar
En opinión del catedrático de Historia en la Universidad
Complutense de Madrid «las dimensiones del conflicto son enormes porque cambia
tanto la cultura militar como la percepción de la guerra». La Revolución
Francesa, y por tanto Napoleón, a partir de 1799 construye grandes ejércitos
nacionales y promueven levas obligatorias movilizando a todos los habitantes.
Napoleón llega a reunir alrededor de dos millones de soldados, «algo insólito»
hasta este momento. «Napoleón convierte a Francia en una máquina de guerra,
reconvierte la economía en una economía de guerra y construye unos ejercitos
como nunca se habían conocido».
Las consecuencias de aquel conflicto, asegura el historiador
donostiarra, llevaron a una desestructuración de gran parte de Europa. «Desaparecen
estados y aparecen otros nuevos. Desapareció Venecia, que existía como estado
desde el siglo IX y que fue la primera potencia naval, también desaparece
Génova y toda Italia cambia. De más de trescientos estados alemanes se pasa a
39. Reaparece Polonia como el Gran Estado de Varsovia. Bélgica se separa de
Holanda rompiéndose los Países Bajos. Por su parte, España pasa de ser un
imperio a ser una muy modesta nación con la perdida de los territorios
americanos, ya no participa en la reconstrucción europea perdiendo su
influencia internacional. La guerra de independencia le costó casi 300.000
muertos en una población de unos 12 millones, un desastre en todos los
sentidos».
Fusi aprovechará su ponencia para homenajear a su «maestro»
donostiarra Miguel Artola, «el historiador que antes se dio cuenta de la enorme
importancia de este periodo y que mejor lo ha estudiado. Escribió mucho sobre
esa gigantesca crisis nacional que se produce entre finales del XVIII y la
primera parte del XIX, y que es donde arrancan los graves problemas de la
España contemporánea».