LA TECNOLOGÍA NO PRODUCE NI UN SOLO ÁTOMO DE FELICIDAD (Juan Luis Arsuaga, paleontólogo)


Arsuaga posa con el fémur de una mujer,
hallado en Lezetxiki


Llegó a San Sebastián para hablar de los primeros humanos y de los descubrimientos paleontológicos más recientes. Juan Luis Arsuaga, prestigioso paleontólogo, codirector de Atapuerca, profesor de la Complutense y director de la revista 'Munibe' de Aranzadi, abrió ayer en el Museo San Telmo las Jornadas de Arqueología que organiza esta sociedad de la que es miembro. Tolosarra nacido por casualidad en Madrid en 1954 -«mi padre jugaba en el Atlético de Madrid»-, pasó por Donostia y afirmó que «son malos tiempos para la lírica y para los prehistoriadores».
-¿Quiénes fueron los primeros humanos?
-Nuestros primeros antepasados eran africanos y tenían entre cuatro y seis millones de años. Hace dos millones de años se produjo un gran cambio y esos antepasados eran ya más similares al humano. Y hace 200.000, también en África, apareció por fin el Homo Sapiens. Nosotros somos el eslabón intermedio entre el mono y el ser humano, como decía el Nobel Konrad Lorenz.
-¿Cromagnones y neandertales se relacionaban entre sí?
-Los auténticos europeos son los neandertales. O sea que los europeos de verdad, los castizos, no somos los vascos, como algunos piensan, sino los neandertales. Estaban mucho antes que los vascos. Los neandertales estaban en Europa y los cromagnones llegaban de África. Se encontraron y se conocieron. Los neandertales se extinguieron y los crogmanones seguimos aquí. Pero algo de ellos nos ha quedado...
- ¿El hombre moderno lleva genes neandertales?
-Los neandertales se extinguieron pero una parte de ellos sigue viva. El borrador del genoma de este primo de los humanos demuestra que los habitantes de Europa y Asia llevan hasta un 4% de ADN neandertal.
- El origen de la conciencia, ¿cuál es y por qué surge?
-En la Naturaleza las cosas no ocurren por algo, ocurren y punto. Los hombres tenemos una mente social y utilizamos nuestro cerebro para procesar esa información social. Eso es lo que nos hace tener conciencia: la necesidad de saber qué piensa el otro de mí, la necesidad de saber cómo me ven los otros. Y esto es producto de la evolución social. Somos seres sociales e inteligentes que manejamos esa información social. Hasta la moral solo tiene sentido en una especie social como la nuestra.
-¿Somos nosotros más felices que nuestros bisabuelos?
-Por la tecnología desde luego que no. No creo que yo sea más feliz que mi abuelo porque tenga móvil y coche. Él tenía un precioso reloj de cadena que aún funciona. La felicidad no está en la tecnología. La felicidad está en que nuestra sociedad es más justa y más igualitaria. Hoy en día la salud es mejor, la justicia social también, la diferencia de sexos sin embargo es menor. Es todo esto lo que contribuye a la felicidad. Creo que vivimos en la mejor sociedad de la historia de la humanidad. Pero no por los avances tecnológicos, sino porque no hay tantas diferencias sociales y las relaciones son más iguales. Lo que nos rodea es mejor que nunca pero la tecnología no produce ni un solo átomo de felicidad.
-Hable de Lucy.
-Lucy fue una mujer maravillosa. Uno de los esqueletos humanoides más antiguos del mundo, un Australopithecus afarensis, de unos 3 millones de años que fue descubierto en Etiopía. Una preciosidad de un metro de altura y de unos 20 años que debe su nombre a una canción de los Beatles. Como decía la fantástica Agatha Christie: «Enamórate de un arqueólogo porque cuanto más vieja más te querrá».
-Considera la Prehistoria como 'la edad de oro' del ser humano.
-Lo digo en un sentido nostálgico. En el siglo XIX, por ejemplo, había más tiempo para hablar, para pasear, para las relaciones humanas. Es verdad que en la España de aquellos años morían muchos niños antes de cumplir los cinco y que la esperanza de vida estaba en los 35 años... Pero uno echa de menos lo bueno que se va perdiendo.
-¿Le sigue sorprendiendo Atapuerca?¿Todavía esconde secretos?
-El yacimiento de Atapuerca tiene para varias generaciones. Es enorme. Y es un proyecto científico de envergadura mundial que todavía tiene mucho que enseñarnos.
-¿Lamenta el desprecio de ciertas gentes de las Letras hacia la cultura científica?
-La ciencia en España empieza ahora y debe desarrollarse. Los intelectuales de mi época eran de cafés y no querían ni deporte ni naturaleza. Había estrechez de miras.

FUENTE: DIARIO VASCO 18 NOVIEMBRE de 2011