Este año se cumplen cinco siglos desde la llegada de los españoles, liderados por Juan Ponce de León, a Florida. La leyenda dice que la expedición liderada por el conquistador vallisoletano no fue casual. Ponce de León gozó tras su llegada a América de los requisitos para si, no ser al menos feliz, sí que disfrutar de una vida del todo acomodada como gobernador de Puerto Rico.
Pero las riquezas del Nuevo Mundo había algo que no le podían ofrecer: ‘La eterna juventud’. Según el relato del cronista Antonio de Herrera y Tordesillas, Ponce de León se dejó embelesar por los testimonios de indígenas que aseguraban la existencia de una fuente que rejuvenecía a aquellos que se sumergían en sus aguas. De esta forma, siguiendo las indicaciones de los testimonios recogidos se hizo a la mar en busca de la isla de Bímini, donde se hallaría la fuente.
En busca de este lugar Ponce de León fue visitando islas de las Antillas hasta dar con Florida, siendo el y sus hombres los primeros europeos que pusieron el pie en Norteamérica. Antonio de Herrera describe la fuente como un lugar donde un anciano, tras zambullirse, podía reanudar "todos los ejercicios del hombre ... tomar una nueva esposa y engendrar hijos". Según añade el cronista, Ponce de León y sus hombres escrutaron, y se bañaron, sin éxito cada arroyo, río o laguna de la costa de Florida. Finalmente el conquistador murió en 1521 a causa de las heridas sufridas en un combate con los indígenas de Florida.
La búsqueda de Ponce de León, a la que muchos no dan credibilidad y creen que fue una burla de sus enemigos hacia él cuando este ya había muerto, se enmarca en una larga lista de leyendas protagonizadas por decenas de españoles que se adentraron en la selva o se embarcaron en busca de lugares mágicos llenos de riqueza. Sin duda los más famosos de estos son la fuente de la eterna juventud y El Dorado, mitos que a día hoy a quien sigue buscando.
FUENTE: DIARIO VASCO (Cristina E. Éboli), 24 NOVIEMBRE 2013